Han pasado escasamente quince meses desde que el señor Hila es Alcalde de Palma a tiempo completo y desde luego ha dejado su impronta en la ciudad: Palma está sucia, muy sucia, abandonada, muy abandonada y desde luego descabezada. Quizás esta Ciudad viene sufriendo un problema de liderazgo desde hace algunas décadas, pero nunca como ahora. Durante el tiempo de la pandemia el señor Hila se ha caracterizado por su ausencia. Tenemos un Alcalde que no está a la altura de la Ciudad que preside.
El hecho de que sea un buen hombre de partido (normalmente estalinistas) y sepa aglutinar las bases a su alrededor no quiere decir, ni por aproximación, que sea un buen gobernante. Acreditado está que no lo es pues no se salva de sus conflictos ningún departamento del Ayuntamiento, desde los autobuses a la policía pasando por Emaya o cualquier otra sección que se les ocurra. Ahí está la huella del Alcalde y su equipo desorganizándolo todo no sea que funcione y el ciudadano se sienta satisfecho con un determinado servicio, ¿Cuántos empleos se crearían si las licencias de obra se concediesen en los plazos legales?
Dos son en esencia, en mi humilde opinión, los problemas del Alcalde, su actitud y su aptitud; el señor Hila gobierna contra los ciudadanos y como buen izquierdista no gestiona sino que prohíbe, la última ocurrencia es rebajar la velocidad de los vehículos a treinta Km/h. La realidad es que a esa velocidad los coches contaminan más que a velocidades superiores pero para ponerse la etiqueta de ecologista queda bonito. Nada hace, por el contrario con esos ciudadanos maleducados que circulan a una velocidad superior a la de los coches por aceras y calles peatonales en bicicletas o patinetes, esos son ciudadanos ejemplares pues van con vehículos no contaminantes. El día que haya un fallecido todo serán llantos y crujir de dientes. Es de vergüenza.
El segundo problema del Alcalde Hila es de aptitud. No es apto para presidir la Ciudad. Yo probablemente tampoco lo soy pero yo no me presento y tampoco pretendo hacer un trabajo para el que no estoy capacitado. Siempre me ha llamado la atención que para acceder a una plaza de funcionario se requieran determinados requisitos pero para ser el jefe de esos funcionarios no se tenga que pasar ningún control de idoneidad. Es el mundo al revés.
Los partidos que conforman la oposición, ahora que aún queda tiempo, nos deben a los ciudadanos un líder para la Ciudad. Entre ellos tienen que ser capaces de buscar a una persona con el suficiente peso específico para ser Alcalde de Palma. La cuestión no es baladí, ni es fácil pues nadie en su sano juicio quiere asumir el riesgo de perder contra Hila, quizás el peor candidato que un partido puede presentar y sin lugar a dudas el peor Alcalde de Palma en democracia.
Aún queda tiempo para no improvisar y buscar un líder para la capital de este pequeño país; llevamos demasiado tiempo descabezados y es hora de que tengamos un Alcalde a la altura de Palma y especialmente a la altura de los impuestos que pagamos. Que tenga ideas y no ocurrencias y que el modelo de Ciudad sea para el futuro y no mirando un pasado demasiado lejano. Los ciudadanos no lo pedimos, lo exigimos y los partidos políticos por una vez deben cumplir y sustituir al Alcalde Hila. Que disfruten de este martes de otoño.
