Pepe Gotera y Otilio
Por
Miquel Pascual Aguiló
sábado 15 de noviembre de 2014, 09:21h
“Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio” es una serie de historietas creada en 1966 por el ínclito e inimitable Francisco Ibáñez que muestra las cómicas aventuras de dos obreros chapuceros y desastrosos.
Pepe Gotera es el jefe, el capataz, en resumen, el que mira y manda sin mancharse las manos, sin intervenir mucho. Otilio es el currante, que piensa más en la hora del bocata que en ponerse a trabajar. En realidad ninguno pega ni golpe, y lo que sí que hacen es provocar líos y toda clase de desastres en los lugares que visitan, tales como derrumbes, inundaciones, explosiones y muchos más cataclismos. Y siempre por sus meteduras de pata, debido a su ineptitud, la mayor parte de las historietas acaban con una carrera en la última viñeta, siempre con Otilio delante y con un cliente enfurecido por el resultado detrás.
¿A que esta descripción les suena de alguna cosa?, ¿A que esta historia es de lo más actual?, ¿A que ya han adivinado a que me refiero?, ¿ A que ya han adivinado a quienes han precedido?. ¡La única diferencia es que aquellos no tenían mala intención, los actuales, ¡sí!.
Si, así es, Mariano Rajoy para demostrar que está haciendo algo para eliminar la corrupción, que no es lo mismo que parar que sus correligionarios se llenen los bolsillos de forma ilegal, corrupción que está corroyendo los cimientos de la democracia en España y la poca credibilidad que les queda a los peporros, con él mismo a la cabeza, montó la semana pasada una patochada muy suya en forma de convención nacional del PP.
El aparato de propaganda del PP montó una parafernalia tamaño convención del PP en Cáceres titulada “Estabilidad y buen gobierno en las comunidades autónomas”, pues bien, el acto, pensado como una reivindicación del buen gobierno del PP frente a los escándalos de corrupción, se convirtió en un cierre de filas alrededor de José Antonio Monago que realizó 32 viajes particulares a Tenerife mientras fue senador del PP. En un principio dijo que eran para trabajos relativos a su cargo y luego se supo que, más bien eran viajes de placer para encontrarse con una dama, mientras su santa esposa quedaba en Extremadura, nada que objetar, si no fuera que pagaba los billetes el Senado. Vamos casi como el ex concejal peporro de Palma Rodrigo de Santos cuyo nombre saltó a la fama a razón de escándalos de malversación de fondos públicos y abusos sexuales a menores. El que había sido director de la campaña electoral de Jaume Matas en 2003, fue acusado de malversación de fondos públicos, por haber usado la Visa municipal para pagar gastos personales en prostíbulos masculinos de Mallorca que ascendían a más de 52.000 euros, el ex concejal fue absuelto de corrupción de menores y se benefició parcialmente de los atenuantes de drogadicción y alcoholismo.
Mariano, de nuevo, como hizo con Jaime Matas, Francisco Camps, Angel Acebes, Rodrigo Rato, Juan Cotino, etc… con todos los corruptos peporros defendió a Monago poniéndose a su lado. Al día siguiente Monago, que había dicho que los viajes eran oficiales, dijo que devolvería el dinero de todos los viajes realizados, ¡le aclamaron como un héroe!, ¿lo han entendido?, ¡por haber mentido!, ¡por haber malgastado un dineral público en visitas de “carácter sentimental privadas”!, por llamarlas de alguna forma, le aplaudieron.
Pero, quién se cree que ¿si los viajes eran oficiales se ofrezca a pagarlos de su bolsillo?, de nuevo el nacionalcatolicismo rampante al ataque, o sea devuelve el dinero, sin ni siquiera arrepentirse (me refiero a arrepentirse de malgastar el dinero público, no de lo otro), pero cumpliendo la penitencia, o sea devolviendo el dinero y dimitir y aún espera que le absolvamos. ¡Pues va a ser que no!..
Esta patochada de convención no fue de las mejores para Rajoy ya que durante su transcurso también dimitió un diputado nacional de su partido por haber realizado viajes a Tenerife, para visitar a la misma dama, con los billetes pagados por el Congreso de Diputados e imputaron al ex presidente de las Cortes Valencianas Juan Cotino, por la organización del viaje del Papa Benedicto XVI a España en el año 2.006.
Son como Pepe Gotera y Otilio, en plan burro, en plan sinvergüenza provocando adversidades, bancarrotas, calamidades, cataclismos, catástrofes, descalabros, desgracias, mortandades, reveses, ruinas, tragedias, sin ningún tipo de pudor y sin que se les caiga la cara a trozos de vergüenza y a la carrera y todos nosotros enfurecidos por el resultado detrás de ellos corriéndolos a gorrazos.