El músculo financiero no se pregona, se nota. Un ex-presidente del Mallorca decía que “lo importante no es tener dinero, sino que el banco te lo deje”. En mi opinión dejaba la frase sin terminar, pues cabría añadir “y que lo puedas devolver”. De ahí que esté por demostrar no solamente cuál es la realidad del proyecto de Robert Sarver en el Mallorca, sino de que veamos aflorar de alguna manera el resultado de su inversión.
No basta con aumentar el capital del club hasta veinte millones, ni en gastarse ciento cincuenta mil en el césped de Son Moix u otros cuatrocientos mil, según cifras oficiales, en un salón comedor dentro de la estructura de la Ciudad Deportiva. No es suficiente invertir sólo medio millón de euros en jugadores, el cuerpo del que depende la economía de toda la SAD, en el mercado de invierno cuando te estás jugando esa cantidad multiplicada por ocho.
Ahora es cuando habrá que ver con quién se gasta los cuartos, en la confección de la plantilla y qué parte del presupuesto se destina a rearmar un equipo con aspiraciones que, contradictoriamente, Maheta Molango rebaja y su entrenador, Fernando Vázquez, maximiza. La vieja táctica del policía bueno y el malo.
El dinero que ponga sobre la mesa para la contratación de un plantel garante de competitividad e ilusión, aclarará definitivamente la verdad del proyecto a falta de otras decisiones complemantarias respecto al organigrama que, hasta la fecha, resultan decepcionantes por omisión. De momento pues..... parole, parole, como cantaba Mina.