Para hacérselo mirar

El Mirandés es uno de los cuatro equipos de segunda división “A” que aún no ha conseguido ganar en campo ajeno. Numancia, Alcorcón y Almería son, en este sentido, sus compañeros de viaje. Sin embargo y pese a tan elocuente detalle, llega al 2017 con tres puntos de ventaja sobre el Mallorca, lo cual agrava cualquier análisis que provenga de terceros. Ambos caminos convergen en un mismo vértice: el cambio de entrenador. Olaizola ha tomado el timón de los locales mientras que otro ex mallorquinista, Claudio Barragán, se ha responsabilizado de mantener a su escuadra como la primera de la provincia donde otrora reinara el inolvidable Burgos.

No cabe un estudio serio sobre el visitante habida cuenta de los desconocidos efectos que haya podido causar la mano de su nuevo técnico, artífice años atrás del ascenso de la Ponferradina a la liga profesional y fabricante de la semilla que su antiguo compañero en el Lluis Sitjar, Alvaro Cervera, recoge convertida en fruto en el Cádiz. En todo caso valorar la baja de Sangalli, ausente en la convocatoria de diecinueve jugadores que se desplazan desde Miranda del Ebro para quebrar su mala racha como forasteros.

Sí podemos especular con la lista del anfitrión, a la que regresa James, ¿peor por ejemplo de Gallar, del que tanto se habla?, junto a otros chicos de un Mallorca B cuya trayectoria tampoco permite quemar mucha pólvora. Así que, más que los nombres de los citados merece la pena observar a los ausentes entre los que, lesionados aparte, figuran Oscar Díaz y Salomao, ambos con la tarjeta de embarque y quizás ya pasado el control de seguridad. Dos de los fichajes de hace un año, no lo olvidemos, que se unen a las bajas de Colunga y Ortuño, lo que obliga a suspender con muy mala nota al artífice de sus incorporaciones. De seis fallar en cuatro es para hacérselo mirar. ¿O no?