TOMÀS IBARZ. Pere Navarro (PSC) no es Santo de mi devoción, pero me ha gustado la actitud y la intención de la jugada del PSC de esta semana en el Congreso de los Diputados. No soy quien para valorar si el PSOE o el PSC o los dos debían dar apoyo o no a la propuesta sobre el derecho a decidir del pueblo catalán. Sin embargo, sí me ha gustado ver que se puede romper la disciplina de voto si crees que tu partido se está posicionando en contra del mandato de quienes te han puesto en ese cargo de diputado, con ese sueldo, con esos vuelos pagados y con esos horarios, durante 4 años.
Es verdad que los 13 díscolos del PSC en el Congreso también obedecían a una disciplina de voto, la que llegaba desde Barcelona. Pero por lo menos, el sello de salida de la orden venía "de casa".
Me han dado envidia y me han recordado a nuestros 8 diputados y 5 senadores. 13. Son 13, precisamente. Invisibles en Madrid. Se vote lo que se vote, el de delante levanta la mano, marca un dedo, o dos, o tres. Y venga, todos a votar lo mismo.
¿Cuántas veces -tanto los diputados baleares del PP como los del PSIB- han votado a favor de iniciativas que sabían que a sus conciudadanos -los que les mandamos a Madrid- nos nos convenían?. Y al revés. ¿Cuántas ocasiones han desaprovechado para secundar propuestas que nos iban muy bien pero que su disciplina del partido obligaba a ir en contra? Pongamos como ejemplo práctico y repetido los Presupuestos Generales del Estado.
600 euros de multa a cada uno de los díscolos del PSC. Eso les ha caído. Yo creo que -con el sueldo que tienen- merece la pena. 600 euros y abres la cartera por dar la cara por los tuyos. Y si no te va bien pagarlos, seguro que coges el avión de vuela a casa y una recolecta solidaria sale.
En conversaciones privadas, políticos baleares tanto del PP como del PSIB confiesan que sentían una cierta envidia la pasada legislatura del nacionalista Pere Sampol. A años luz de distancia, el representante balear en Madrid que más se ha hecho notar en las Cámaras. Claro, votaba lo que quería, sin disciplina alguna, y preguntaba y defendía aquello en lo que creía porque no pasaba ningún filtro previo en ninguna sede de Madrid.
Volviendo a lo sucedido esta semana. Me temo que lo de Pere Navarro no es tan noble como se nos ha presentado y que, en el fondo, lo que pretendía era "marcar" el fin de la carrera de Carme Chacón en el PSOE. Por cierto, a Chacón le habrán puesto 1.200 euros de multa, ¿no?. 600 por no votar con el PSC y 600 por no votar con el PSOE. Ella sí que sólo mira por ella. En Barcelona ya lo sabían. Y Rubalcaba también.