Oro azul por oro negro

En la costa valenciana se ha puesto de moda esta expresión. Se trata de elegir el oro azul, el de nuestro mar, el de nuestro cielo, antes que el oro negro. Esta expresión nació en los años 20 en Texas para definir la riqueza que ofrecían los campos de extracción de petróleo. Oro negro, como el líquido que sale de las entrañas de la tierra y que una vez manipulado se convierte en un millón de subproductos. Oro negro, como el carbón. Justamente, el carbón fue la industria minera que dio al Reino Unido su fuerza en el final del 18 y hasta el siglo 20. Acuérdense de que la actual Unión Europea es el resultado de aquella primera unión del carbón. Y ¿qué ha quedado de todo aquello? Nada. Yo, que soy de mar, pescador y navegante. Soy de los que afirma y que sabe que en el mundo no hay mejores aguas que las de estas islas. No puedo aceptar el riesgo que supone intentar sacar 100 millones o más de barriles de crudo, a cambio de que me jodan mis aguas. Ante esa posibilidad, me rebelo y miento. Miento al decir y pensar que algún político ha sido comprado, sobornado, pagado por las empresas buscadoras de petróleo para que diga que si a los permiso, se calle, cobre y que se jodan los demás. Me importa una mierda que el Gobierno socialista diese los permisos que ahora no queremos conceder la gran mayoría de los isleñas. Que paguen ellos, que es lo que se debería exigir. Pero como que en este país, el político se va a su casa, pagando sus fechorías con sus responsabilidades políticas, no se les aplica la ley general. Es decir, si lo han hecho mal, que lo paguen. Ya sea por lo civil o lo penal. Pero como están  tan de acuerdo como lo estuvieron los otros, aquí paz y gloria y ya veremos si damos o no permisos. Les estamos haciendo el juego. Cuanto más se oponga la ciudadanía, más cara será pagar la prebenda al poder establecido.

Todo está en manos de Bauzá. Si es coherente con lo que dicho desde el principio, se enfrentará a sus jefes y conseguirá parar esta estupidez. Si le torean, tendrá que irse. Pero, ojo, sea como sea, se pagarán las consecuencias de tanto desatino, desorden, incoherencia, estupidez y falta de voluntad política. Y no me digan que ya tienen permiso, que lo dice la ley. También había una ley que impuso una ecotasa al turismo. Un impuesto directo que hoy en día, se paga en todo el  mundo, menos en estas islas. Y que, hoy, se debería volver a imponer para poder ayudar a compensar la externalidad económica que supone una agresión al medio ambiente. Y si no saben que es una externalidad, búsquenlo en la red y sabrán porque habría que imponer ya un impuesto pigouviano. Auque les sorprenda, confío plenamente en este gobierno balear para parar esta locura.

Que así sea.

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