MARC GONZÁLEZ. ¡Oh, Kukulkan! (no confundir con Ku-Klux-Klan, eso es un poco más arriba), tú que nos creaste al tercer intento a partir del maíz -después de cagarla dos veces, también es verdad-, y que ahora has decidido enviarnos a tomar por saco mañana viernes 21 de diciembre de 2012, (K.m.), a las 00:00, si el tiempo no lo impide, apiádate de estos tus siervos que te adoran y que te construyeron unas pirámides muy monas para solaz de los turistas, y concédenos un fin del mundo en condiciones.
Reparte las calamidades, oh dios creador y destructor de la raza humana, de acuerdo con los méritos de cada uno -para lo cual me presto a ayudarte- y, si puede ser, nos devuelves la vida luego de conformidad con las siguientes reglas, a saber:
A Bauzá y a su sanchopanza Gómez, a Wert, a Sorayita, a Antonio Alemany, a Federico Jiménez-Losantos, a Rosa Díez, a las plantillas completas de La Razón, ABC, El Mundo, al resto del PP, al Real Madrid -incluyendo socios y peñas- y a todos los forasters y gonelles que se sienten una unidad de destino en lo universal, me los resucitas catalanes, concretamente de Vallfogona de Ripollès.
A Antich y a Socias me los retornas a Caracas, para que experimenten eternamente las excelencias del socialismo bolivariano.
Al FMI, Standard & Poors, Moody's y a la Merkel me los haces de San Fernando de Cádiz.
A Mabel Cabrer me la casas con un profesor de lengua castellana, a ver si así aprende a hablar en catalán, y le borras de la mente cualquier idea ferroviaria.
A Patxi Mangado lo envías a cualquier otro planeta habitable de fuera de la Vía Láctea y le adjudicas tantos contratos como sea preciso para tenerlo eternamente ocupado.
A los del STEI les concedes poder negociar el convenio de enseñanza de la Galaxia de Andrómeda, reconociéndoles para ello una representatividad del 101%.
A los del PSM me los devuelves al convento o, alternativamente, a Palestina, que ellos elijan. A los de IU los resucitas coreanos del norte.
Y a mi, pobre pecador descendiente de los conquistadores que se cepillaron material y sanitariamente a tu pueblo, me conformo con que me dejes donde y como estoy. Eso sí, no se te ocurra ni por un momento hacerme balearico, que te conozco.
