La obra de Son Espases está a punto de pasar a la historia por ser la más chapucera del mundo, la peor construida y la que más problemas está dando una vez entregada a sus propietarios, o lo que es lo mismo, al Govern balear, que recepcionó sonriente y feliz las obras el ya famoso 10 del 10 de 2010, una fecha que les va a provocar más dolores de cabeza que otra cosa. Resulta, que para completar la faena, ahora hay que cerrar 10 quirófanos, 10, todo un bloque quirúrgico, para poner enchufes, grifos y megafonía. Y todo ello medio año después de entregadas las obras y casi cuatro meses después del traslado. La situación es incomprensible e inconcebible. Después de haber sufrido, numerosas goteras, filtraciones de aguas residuales, aspergillus, problemas de megafonía, climatización e informatización… Después de todo eso, a los seis meses de finalizada oficialmente la obra es necesario echar el cerrojo a diez quirófanos porque falta algo tan elemental como enchufes o grifos. Sinceramente, creo que es necesario que, de una vez por todas, se acabe la complacencia de este Ejecutivo, de este conseller y de este equipo, y se tomen cartas en el asunto y si hay que llevar a la concesionaria a los tribunales que se la lleve, porque esto no es un edificio de viviendas familiares, ni un hotel. Es un hospital, con enfermos, algunos en estado crítico, que no pueden permitirse situaciones como las que se están viviendo en Son Espases.
