La resaca de la batalla librada en el último consejo de administración del Mallorca deja varias conclusiones. En primer lugar existen muchas dudas sobre si estamos ante una "pax romana" duradera y prolongable en el tiempo o por el contrario estamos ante una tregua temporal destinada a retirar los heridos del campo de batalla. El próximo mes de diciembre en el que se aprobará el convenio de acreedores se resolverán las dudas. Para lo que sí ha servido el cruento combate es para que cada bando conozca las armas del rival, eso seguro, y ya se conoce la camiseta que llevan los diferentes grupos mediáticos, las peñas se han mojado, bufetes y despachos afilan sus estrategias y hasta algún empleado ya toma partido. Habrá que estar atentos y especialmente implorar que como en Roma las puertas del Templo de Jano permanezcan cerradas para siempre, señal de que no estamos en guerra.
