Hace unos días leí en la prensa otra noticia a la que no daba crédito. Resulta que el Govern balear está subvencionando toda la medicación de unos 200 abuelos de la Casa de Baleares en Mendoza (Argentina) porque no pueden pagarla con su pensión. De esto último no me cabe la menor duda, como tampoco de que 200 abuelos no desequilibran ningún presupuesto. Estaban encantados con la gestión de los políticos mallorquines por la eficacia y la rapidez con que se habían solucionado sus problemas, no como los de aquí que tienen que realizar trámites interminables para todo, sufriendo unas listas de espera terribles y con los que, además, no se hacen excepciones. El periódico no decía que hubieran trabajado alguna vez en España, sino más bien parecía que habían cotizado allí, no aquí. En cualquier caso, viven allí. O sea, que tenemos a nuestros propios jubilados sufriendo las carencias del Sistema, les han rebajado la pensión, nos estamos planteando restringir prestaciones porque no podemos mantenerlo, y nos vamos por ahí a hacer de Reyes Magos. Pero lo más preocupante es que, además, se publica en el periódico a bombo y platillo para que se enteren los de Buenos Aires, Colombia, Ecuador, Australia y la Conchinchina, y reclamen lo mismo con toda la razón, porque seguro que tampoco les basta. Y me pregunto ¿qué tendrán los abuelos de Mendoza que no tengan los demás? ¿ En qué criterios se han basado para que los elegidos sean éstos y no otros, y para invertir el dinero de los contribuyentes en una obra de caridad que puede sentar un precedente tan peligroso? Una vez más actúan sin plantearse las consecuencias de lo que hacen. Y, a partir de ahí, que cada uno saque sus propias conclusiones. ¿Tendrán derecho al voto los abuelos de Mendoza? (*) Médico de Urgencias.
