A Juan José Hidalgo su personalidad le precede y en los últimos días ha dado nuevas muestras de que no se corta un pelo a la hora de hacerse notar. En las reuniones de notables de la Moncloa, donde en los últimos años ha tenido el viento mucho más a su favor que otros colegas del sector turístico -y ha sabido rentabilizarlo- el apasionado salmantino ha sido siempre de los que llevan la voz cantante ante Zapatero. Una voz afinada y sin estridencias, que no es cuestión de romper la partitura. En el encuentro del miércoles en Madrid sobre la huelga programada en Air Europa a partir del 22 de septiembre puso firmes a los pilotos con una bronca unidireccional de gritos hipohuracanados que duró un cuarto de hora, tras lo cual se marchó como una exhalación sin dar tiempo a réplicas y dejando a todos ‘humillados y ofendidos’, como diría el ruso. Insuperable su declaración del 1 de septiembre en la que aseguraba su convicción de que si la huelga en Air Europa era indefinida, él resistiría “indefinidamente”. El Hidalgo más puro. Y el jueves, tras la comparecencia de Bauzá en los desayunos de Europa Press, requebró al presidente balear y se marcó con él varios pasos de baile, siendo siempre muy consciente de que una cámara lo estaba grabando todo. Incluido el diálogo entre ellos sobre Air Europa y Spanair, que no tiene desperdicio. Las prioridades del negocio se recomponen a golpe de elecciones y hay que ser castellano viejo para reclamar sin disimulo ni sonrojo lo que uno cree merecer. Imágenes memorables en las que la cara de póker de Bauzá no deja dudas acerca de quién de ellos es el más veterano.
