El gesto del Príncipe

La chica que el otro día debatió cara a cara y a corta distancia con el Príncipe sobre monarquía y constitución podría estar indignada por el mantenimiento del sistema de Estado, pero nadie ha dicho que fuera miembro del movimiento 15-M. El Príncipe tuvo en aquella ocasión un gesto bueno con la joven, romper el protocolo y hablar con ella, y un gesto malo, aquello de que “has conseguido un minuto de gloria”. Que fuera o no republicana es asunto menor, igual que si hubiera sido del 15-M. Ahora, cuando una veintena de manifestantes con bandera republicana, pancarta y frases insultantes y muy graves contra el Príncipe y su familia –“borbones, a los tiburones”- se ha expresado contra la monarquía, el heredero de la corona ha contestado con un gesto de saludo, con la mano abierta y un conato de sonrisa. Eso se llama saber encajar y mantener el tipo. Y no está comprobado que ese grupo al que le pierden los insultos, que nunca tendrá razón por su actitud, que solo pueden provocar rechazo social por una falta de clase, por burdo, forme parte de los indignados del 15-M, conglomerado al que se le atribuyen ahora todos los actos de desacato, manifestación prohibida, acoso y violencia contra instituciones democráticas y cargos electos. El 15-M es otra cosa y más interesante. En cualquier caso, el Príncipe ha pasado con nota una prueba de fuego.