El diseñador
Roberto Verino nunca deja de sorprender. Su arte se extiende, no sólo al campo de la moda, sino también al diseño de etiquetas como, por ejemplo, cuando elaboró las de su propio vino. Si en aquella ocasión dio lo mejor de sí mismo,
ahora ha hecho lo mismo para uno de los mejores aceites extra vírgenes del mundo. Castillo de Canena lanza la novena edición limitada de su icónico Primer Día de Cosecha y lo hace contando con el diseñador gallego como artífice de la etiqueta del aceite. Un producto muy esperado durante todo el año y único en su categoría, que resalta entre los aceites de alta gama por su cuidada obtención, aroma, sabor y calidad.
Una presentación que coincide con la
ratificación, por parte de la prestigiosa guía Flos Olei, de los aceites extra vírgenes de Castillo de Canena -por segundo año consecutivo- como los mejores del mundo, al otorgarles la máxima puntuación (98 puntos) y posicionarlos entre los top 20 mundiales.
Y como cada año, una personalidad vinculada a la cultura, el arte, el deporte o las ciencias ha sido la encargada de diseñar la etiqueta de sus características botellas color cereza. En esta edición, el diseñador de moda Roberto Verino ha creado la nueva etiqueta, realzando la armonía sensorial de los aceites extra vírgenes Primer Día de Cosecha con la elegancia de un boceto de su última colección.
Desde Mallorcadiariovip.com hemos hablado con el diseñador de moda, arte, diseño y, como no, de Mallorca...- Gastronomía y moda. ¿Cómo ha logrado plasmar en una etiqueta esta pintoresca combinación? ¿Cuánto hay de la artesanía en la elaboración de un aceite de primera calidad respecto a sus diseños?- La relación entre la gastronomía y la moda no me parece necesariamente pintoresca, sobre todo si la mutua aproximación se produce con respeto, por no hablar de admiración. Para mí, diseñar la etiqueta de un aceite, ha sido un trabajo muy similar a cuando abordé el diseño de las etiquetas de mis propios vinos. Como diseñador intento transmitir que el mensaje se corresponda con el contenido. He querido destacar que uno de los mejores aceites producidos en España puede ser “contado” con una etiqueta que insista en sus valores de modernidad. Un buen aceite de oliva no tiene por qué ser “antiguo”… Ese ha sido el verdadero reto, hacer atractivo un sabor antes de abrir su botella. Invitarnos a abrirla
- ¿Tiene usted la sensación de que en estos tiempos de crisis nos volvemos más creativos?- Creo que son dos fenómenos independientes. La verdadera pasión de España por el diseño gráfico surgió mucho tiempo después de que éste ya fuese un valor indiscutible en la cultura anglosajona. De hecho, en España, incluso fue la misma Dirección General la que tras muchos años de concienciarnos con la “Moda de España”, fue la responsable de convencernos de que el buen producto, con buena etiqueta, se vende. Afortunadamente todos los sectores de nuestra economía, y muy especialmente el gastronómico, se han sumado con extraordinarios resultados a este proyecto. Diseñar el
packaging de cualquier producto relacionado con el concepto de calidad de vida es una asignatura obligada para cualquier país que quiera salir del anonimato o de los lugares comunes a los que nos ha acostumbrado la globalización. Hay una leyenda urbana, y lo digo con toda la ironía del mundo, que dice que nuestros aceites de oliva son los mejores del mundo. No tendría sentido creerse esa proposición si lo que envuelve a ese producto no le hace justicia. La botella de uno de los cinco mejores aceites del mundo debe de ser una botella diseñada muy seriamente.
- Más de 30 años en la industria de la moda. Ha sabido reciclarse, innovar, emprender. ¿Cuál cree que es la clave de su éxito y cuál cree que deberían ser los pilares en los que todos deberíamos apoyarnos para ser positivos?- En su pregunta está mi respuesta. Siempre he querido ser una persona “positiva”… En mis asuntos personales y también en mis actividades profesionales. Creo que la “energía positiva” o al menos la actitud positiva, es un generador de confianza y esa confianza, a pesar de todas las dificultades por las que una empresa de moda española ha tenido que pasar en estos treinta últimos años, ha sido el motor que ha marcado siempre mis horizontes a largo plazo. Cuando empecé, los paradigmas por los que se regía este negocio no tenían mucho que ver con aquellos por los que se rige ahora. Primero tuve que conseguir adaptarme a un sistema de distribución comercial totalmente diferente, luego a la deslocalización de los productos más estándares y, finalmente, a una obligada internacionalización, ya que una verdadera marca de moda necesita un punto de masa crítica que su país solo no puede proporcionarle. Si hay una palabra adecuada para explicar esos éxitos sería la confianza en uno mismo, dicho esto como persona, pero también como empresario español
- Como el aceite español, la moda nacional también parece que se valora más fuera de nuestras fronteras que en nuestra propia casa. ¿No sabemos vender y valorar nuestros productos propios? ¿Es culpa de la globalización?- Creo que no sabemos vender nuestros productos porque es una asignatura que no figuraba en nuestra educación, en nuestra historia, y si me apura en nuestro ADN como país. Estábamos acostumbrados a que nos descubriesen los extranjeros, a que viniesen a buscar nuestra calidad de vida, a que nos quitasen de las manos los productos que ellos consideraban excepcionales, fuesen una playa, un jamón, un jerez o un aceite de oliva… Ahora sabemos que todo ese marketing elemental no es suficiente, y que la mejor manera de estar en el mundo es que tu producto consiga ser valorado por los prescriptores más importantes del mundo. Ningún escaparate de referencia tiene un hueco para tu producto si tú no consigues convencerle de que es el mejor de su especialidad. En moda tenemos que luchar contra los franceses e italianos y, curiosamente, en gastronomía volvemos a tenerlos como rivales cualificados. Creo que nuestro éxito reciente en todos los mercados se debe a que en vez de despreciar sus consejos, nos hemos puesto a estudiarlos a ponerlos en práctica y a disfrutar de los primeros resultados
- Hablemos de Mallorca. ¿Conoce la isla? ¿Su gastronomía? ¿Sus diseñadores?- Nunca se conoce suficientemente la isla de Mallorca, creo que ni siquiera viviendo en ella, pero lo poco que conozco de ella ya sitúa mi nivel de admiración en ese lugar en el que uno puede decidir venirse a vivir aquí. Su gastronomía me encanta, la tradicional y la contemporánea… Y de sus diseñadores recuerdo la buena impresión que me produjeron los inicios de José Miró, Cortana o Lluis Corujo y, por encima de todos ellos, el extraordinario Miguel Adrover. Siento que, en algunos de estos casos, su indiscutible creatividad no se viese respaldada por una auténtica dimensión de empresa pero, como soy optimista, aún no he perdido la esperanza de que lo consigan.