La consellera de Educació i Cultura, Joana Maria Camps, ha puesto de moda las solemnes cantadas en materia lingüística que lleva protagonizando desde que sustituyó a Rafel Bosch al frente del departamento.
Ha confundido Pisa con Trepitja, ESO con això e incluso la ha liado al rebautizar como sa Moma al Museo de Arte Moderno de Nueva York. Siguiendo este largo historial de errores, este digital ha publicado imágenes de cojjneras de hospitales del IB-Salut con la inscripción "Govern de les illas Balears".
En otras circunstancias se trataría de una simple errata, que no debería volver a repetirse, pero al fin y al cabo una equivocación. Pero la estela de bromas y befas que está dejando Camps a su paso hace que cada error alcance una notable dimensión y relevancia pública.
Se extiende la sensación de que si el titular de Educació i Cultura no es capaz de transmitir solidez lingüística, cultural y técnica en sus comparecencias públicas, qué no puede pasar con el resto del Ejecutivo, teóricamente no tan preparado para estas cuestiones?
Convendría que Camps hiciese un esfuerzo para no dar más resbalones. Sólo de esta forma se salvará de las críticas el IB-Salut o cualquier otro organismo que meta la pata. En política el ejemplo comienza por el que asume las mayores responsabilidades en una materia concreta. Y en todo a lo que concierne al correcto uso del catalán esta deber ejemplarizante recae en Joana Maria Camps, que es quien ha de señalar el camino de la pulcritud y esmero a todos: cargos y empleados públicos y a la sociedad balear en general.
