La que fuera la eterna novia del intérprete británico Hugh Grant se encuentra en estos momentos en el punto de mira. La actriz Liz Hurley, ahora diseñadora, ha sembrado la polémica con su línea de bikinis infantiles.
Varias ONGs británicas junto a numerosos padres han acusado a la artista británica de presentar a las niñas que protagonizan la campaña publicitaria de su colección de baño como objetos sexuales.
Claude Knight, director de 'Kidscape', una fundación para la protección de los niños, ha declarado que "es alarmante ver alguna de las prendas de esta línea de bikinis", tal y como puede leerse en el diario británico Daily Mail. "No son apropiados para niños. Son demasiado pequeños o seductores para las menores de edad para los que fueron pensados", añade.