Vivir en una isla propicia que los seres vivan más. Según ha estudiado el Instituto Catalán de Paleontología, las especies que evolucionan en ecosistemas con baja mortalidad y con una limitación de recursos tienden a ser más longevas. Un paradigma de estos ambientes son las islas y por ello el estudio se ha basado en el análisis de la dieta, la longevidad y el patrón de mortalidad del Myotragus Balearicus.
El trabajo muestra que la altura de los dientes de mamíferos endémicos insulares es un indicador de su longevidad, y considera que este rasgo morfológico no puede ser utilizado exclusivamente como indicador del tipo de dieta de las especies fósiles.
La explicación aportada por este estudio, publicado hoy en Proceedings of the Royal Society B, es que los sistemas insulares funcionan a menudo como laboratorios naturales para poner a prueba hipótesis evolutivas, dado que son menos complejos que los sistemas continentales. El aumento de la longevidad de las especies endémicas de islas es una adaptación que predice la teoría evolutiva del envejecimiento, en el marco de una estrategia evolutiva que las empuja hacia un ciclo de vida más lento, debido a la ausencia de depredadores y la limitacion de recursos.