Se trata de un hackeo en cadena que empieza cuando los delincuentes logran controlar una cuenta de Whatsapp tras engañar al titular, del que logran que facilite el código de activación de su cuenta, momento en que instalan dicha aplicación en el móvil del delincuente.
A partir de ese momento, y con la cuenta de la víctima instalada en el móvil del delincuente, este intenta controlar más cuentas enviando enlaces de votación a los contactos de la víctima y en los que solicitan su teléfono y un código que reciben mediante un sms.
Mediante ese engaño, pierde el control de su cuenta de Whatsapp, instalándose la misma en el teléfono del ciberdelincuente y haciéndose con el control de todas ellas.
Según la Policía Nacional, un ejemplo típico de esta modalidad de estafa sería recibir un mensaje como este: “Hola. Me harías un favor? Podrías votar por mi prima en este concurso, es muy importante para ella. Solo te tomará un segundo. Mil gracias! y el enlace correspondiente.”
Una vez que el delincuente ha logrado hackear suficientes cuentas comienza una estafa en cadena en la que se solicita dinero a todos los contactos alegando motivos de urgencia y ya sea vía transferencias o bizum.
El dinero que pueda remitir la víctima se transfiere a cuentas de “mulas”, es decir, personas insolventes que ofrecen sus datos para la apertura de cuentas en bancos online a cambio de una pequeña compensación económica por parte del ciberdelincuente.
Una vez ingresado el dinero es transferido nuevamente a otras mulas o sacado inmediatamente y así dificultar la recuperación del dinero.
La Policía Nacional ha recordado que nunca se debe compartir el código de verificación de seis dígitos que WhatsApp envía por SMS a tú número, ya que este permite el acceso a la cuenta en cualquier dispositivo.