Rafa Nadal es el calvo de la lotería. Acaba de regalar el Gordo a Sant Llorenç antes de que llegara el día de hoy, 22 de diciembre, día de la lotería de Navidad.
No solo ofreció durante los días posteriores a la riada su pabellón para acoger a las víctimas sino que también fue a achicar agua de algunos bajos inundados.
Algunos criticaron su altruismo diciendo que era un postureo para salir en la foto.
Ahora criticarán que haya donado un millón de euros a las víctimas y damnificados.
Algunos seres humanos sacan su lado más oscuro desmereciendo los actos de grandeza que ellos nunca soñarían haber rozado ni por un momento.
Otros sentimos admiración por la humildad y altruismo de un Grande, con mayúsculas, que no necesitaba este gesto para convencernos de su grandeza.
Otros dirán que, como las donaciones de Amancio Ortega a sanidad para investigar sobre el cáncer, son migajas y no deberían ser aceptadas.
Sant Llorenç las acoge como si les hubiera tocado la lotería antes del sorteo.
Tener un vecino así es un lujo para los llorencins y para los mallorquines.
Que su acción sirva de ejemplo para otros, tanto para los que podrían actuar en el mismo sentido como para los que critican sin más fundamento que el que genera la ceguera por la brillantez de otros.
A los llorencins les caerá dinero, tras la desgracia, a los mallorquines nos ha tocado, hace ya tiempo, la lotería por tener un ser como Rafa Nadal.
Felices fiestas a todos
