Habemus sentencia del “procés”. Ha sido menos de lo que deseaban VOX, PP y Ciudadanos pero mucho más de lo que merecían los encausados. Desde el principio ha sido un proceso envenenado con un tribunal más propio de épocas pasadas y un fiscal que ha rozado y se ha regodeado en el ridículo una y otra vez. El juicio nos ha regalado grandes momentos bochornosos y de pura vergüencita ajena.
Desde el momento en que se judicializó un problema político España en su conjunto ya salió perdiendo. Hay que ser muy miserable y mala persona para alegrarse por una sentencia que nos deja un país peor, más enfrentado e inestable. Sólo se alegran personajes como Albert Rivera que es sin duda el peor político que ha dado la democracia española en estos últimos 40 años. La sentencia deja fatal a los políticos del “trifachito” que veían rebelión y violencia por todas partes con tal de rascar votos. Con la sentencia del procés pasa como con la sentencia de los jóvenes de Altsasua y es que quieren dar un escarmiento y meter miedo con sentencias injustas y ejemplarizantes. ¿Y ahora qué?
Ningún juez en este país nuestro podrá encarcelar las ideas de millones de catalanes que hoy más que nunca se sienten alejados de España y creen en la idea de una Catalunya independiente. Así que más vale que dejemos de una vez por todas la vía judicial para empezar a buscar soluciones políticas a un problema que no va a desaparecer si no se lo ponen ganas, templanza y voluntad. No hace falta ser catalanista o independentista para sentir asco y rabia ante una clase política miserable, un Tribunal Supremo muy poco imparcial y una España del “a por ellos” que prefiere el enfrentamiento al entendimiento.
A este paso España no tendrá nada que envidiar a otras grandes potencias opresoras como Rusia o Turquía en donde las minorías son aplastadas mientras la mayoría aplaude con las orejas si es necesario. Es hora de que Pedro Sánchez deje de jugar a ser un maquiavélico estratega para empezar a comportarse como un gran estadista capaz de reconducir esta situación aunque visto lo visto mejor seguir soñando...Otro día ya si eso hablamos de la interesada filtración de la sentencia, de lo que supondrá la sentencia a la hora de restringir el derecho a manifestarse “sediciosamente”, del recorte en libertades que supone y del mal lugar en que queda España en todo esto. Mientras nos vemos en las calles.
