Nada ilegal en Ràdio Calvià
martes 10 de marzo de 2015, 19:58h
La judicialización de la política nos trae episodios como el de Radio Calvià, un caso de presunta corrupción que el PSIB abanderó activamente hasta que la titular del juzgado de Instrucción 12 de Palma, Carmen González, ha decidido archivarla al entender que no concurre ningún ilícito penal. Este caso sirvió para acosar al ex alcalde de Calvià, Carlos Delgado y al actual primer edil, Manuel Onieva, entre otros. Recordemos que Delgado, quien fuera conseller de Turismo del Govern de les Illes Balears, recibió como regalo de bodas el registro del Ajuntament de Calvià en busca de documentación relativa al caso. Finalmente y tras la investigación pertinente, la Justicia considera que no hay delito alguno, pero el daño ya está hecho y no hay reparación que pueda restañar el perjuicio padecido por los imputados, contra quienes se vertieron todo tipo de acusaciones al amparo de la investigación judicial, que ahora han quedado en nada.
No es menos cierto que Carlos Delgado también abusó de las actuaciones judiciales para desgastar a la entonces alcaldesa de Calvià, Margarita Nájera. Interpuso, siendo el líder de la oposición municipal, un montón de querellas que, una tras otra, fueron archivadas. Pero eso era lo de menos, porque el menoscabo a la reputación era y es inevitable y no hay nada que lo pueda evitar.
Querella, que algo queda. Ese es el axioma que algunos parecen haber tomado como lema y fundamento de su actuación política. Constituye un error manifiesto que hay que denunciar. Tratar de conseguir en los tribunales lo que no se ha conseguido en las urnas es una estrategia torticera que los partidos deben desterrar de su actuación cotidiana. Es obligado exigir una conducta sin tacha a los responsables políticos, pero también mucho mayor rigor a la hora de acudir a los juzgados con acusaciones que después quedan en nada, como es el caso de Radio Calvià.