Sam Shepard, considerado uno de los dramaturgos contemporáneos más importantes de Estados Unidos, falleció el pasado 31 de agosto en su casa de Kentucky a los 73 años por la parálisis lateral amiotrófica (ELA) que padecía desde hacía tiempo.
Nació en 1943 en Fort Sheridan, Illinois. Su juventud estuvo marcada por el alcoholismo de su padre, adicción que el actor sufriría a lo largo de su vida.
Su faceta más relevante es la de autor teatral. Empezó su carrera como dramaturgo en los años 60, cuando se instaló en Nueva York. A lo largo de su recorrido escribió más de 50 obras teatrales. Unas de las más destacadas son Buried Child (que recibió un Premio Pulitzer), Curse of the Starving Class, True West y A Lie of the Mind.
Años más tarde, a finales de los años 70, empezó su carrera en el cine como actor, donde destacó en papeles como Días del cielo (Terrence Malick, 1978); Elegidos para la gloria (Philip Kaufman, 1983) adaptación del libro de Tom Wolfe; Magnolias de acero (1989). Aun así, también será recordado por su trabajo como co-guionista en la película París, Texas dirigida por Wim Wenders en 1984. Shepard también trabajó de la mano de Michelangelo Antonioni, como guionista de Zabriskie Point (1970).
Era miembro de la Academia de las Artes y las Letras en Estados Unidos, donde en 1992 recibió su medalla de oro en la especialidad dramaturgia.
