Ustedes verán: una idea se ha escapado por Sudamérica y ha caído en el hueco que está vallado por el cráneo de Evo Morales. La idea, sola, desamparada, extraviada en ese enorme vacío, fue escupida por el pensador boliviano en estos términos: “Por culpa de las telenovelas, hombres y mujeres nos ponemos cuernos. Yo llegué a esa conclusión, son temas estructurales que nunca hemos debatido”. Una vez expulsada la idea, que era como una mosca en el yogur, como un asno en la Ópera, el líder boliviano se quedó más relajado. Y ya distendido, añadió que “perdonen si algunos compañeros y compañeras se molestan pero yo estoy segurísimo de que un 60 y 70 por ciento de los divorcios son por culpa de las telenovelas”. La reunión en la cual el pensador expelió la idea era una reunión nacional sobre seguridad ciudadana. El ilustre intelectual no explicó detalles sobre los porcentajes pero tampoco nadie quiso acosarlo dado el infrecuente evento de que una idea emane de su boca. En todo caso, las hemerotecas ya habían registrado algún caso anterior en el célebre pensador del altiplano: en una ocasión llegó a asociar la patata con la homosexualidad, una idea que nadie sabe cómo llegó a ser concebida en la soledad de uno de los más ilustres cráneos bolivarianos. La aparición de esta nueva idea en la cabeza de Morales permite albergar esperanzas de que pueda llegar un día a suplantar a Hugo Chávez, el líder venezolano que ha demostrado una notable riqueza en la producción de tonterías, al punto que le han dado un programa de televisión donde las escupe en directo.
