Monarcas vagos

Nos han salido vagos. Me refiero a nuestros actuales reyes. Felipe y Letizia no han posado este año para felicitar las navidades a los españoles. ¿Les habrá dado pereza? ¿Era este el mejor año para no posar?

Se ve que la respuesta es ‘sí’ a las dos preguntas. No hay posado y en su lugar han preferido desempolvar de los cajones una imagen que ya conocíamos. La del día de la Proclamación. ¿Qué les costaba? Un posado ‘la mar de guapos’ en plan navideños, una fotito y listos. Hasta el año que viene.

Pues no. No ha podido ser. Una de las imágenes más esperadas, al menos para un sector de la población, no ha llegado. Sí lo ha hecho, sin embargo, el tradicional discurso de Nochebuena.

El 24 de diciembre, como manda la tradición, el rey leyó unas palabras con el objetivo de felicitarnos la Navidad. Un discurso que ha pasado sin pena ni gloria. Se esperaban cambios y, la verdad, estos han brillado por su ausencia.

Era una oportunidad de oro para demostrar  la renovada y moderna sangre real que ahora circula por las venas de la monarquía española, pero parece ser que los cambios sólo se han dejado ver en que este año no hay posado navideño y poco más…

Es verdad que habló de corrupción, de Cataluña y de unos cuantos temas más que a los españoles nos traen de cabeza pero…pensándolo bien… ¡sólo faltaría que no lo hubiera hecho!

El rey tuvo a 8 millones de españoles frente a la televisión escuchando sus palabras. Palabras que hoy más de uno no recuerda. He hecho mi propia investigación y puedo asegurarles que pocos recuerdan qué dijo. Ante la pregunta “¿Qué es lo que más te gustó del discurso?” Pocos han sabido responderme algo más que un “puf, pues no sé… más de lo mismo”.

En fin señores, ante este panorama en que cada año se repiten los mensajes navideños, los lea quien los lea, es normal que haya más expectación e ilusión ante la foto de los reyes que lo que éstos puedan decir. Triste, pero real y nunca mejor dicho.