Desde su atalaya instutucional como vicepresident insular de Cultura, Patrimoni i Esports hablamos con Francesc Miralles sobre si el Consell de Mallorca debe seguir buscando su futuro o debe desaparecer, de la polémica Sa Feixina, de las subvenciones y de las millonarias inversiones que se deben acometer. Y al final de esta conversación nos detenemos en su futuro político al frente del PSIB y de su inclusión o no en la carrera sucesoria para sustituir a Francina Armengol.
Francesc Miralles realiza un balance positivo de este primer año al frente de su departamento, en el que ha puesto "remedio, recursos y horas para desatascar" muchos asuntos pendientes de 2013, de la legislatura anterior. "Hemos encontrado un entorno mucho más precario de lo que pensábamos", asegura, pero "estamos trabajando para conseguir una institución dinámica y proactiva".
¿Con su trabajo usted cree que están tapando la boca a quienes ven en el Consell una institución poco operativa, de escasa utilidad y prescindible?
El cuestionamiento del Consell no es nuevo. Desde hace una serie de años se cuestiona la duplicidad de competencias, de servicios. El Consell de Mallorca está sometido a una fuerte presión porque tiene que compartir un espacio político y público con un Ajuntament potente como es el de Palma y un Govern también potente ubicado en nuestro mismo espacio geográfico. Desde los diferentes Governs y Consells no se han preocupado porque esta institución mallorquina profundice en el estatuto de autonomía, asumiendo las competencias y servicios que le corresponde. A diferencia de los otros Consells de Balears que han ido desarrollando y desplegando sus competencias, como por ejemplo la de Agricultura. Nosotros no la tenemos. Todo esto perjudica para que el ciudadano identifique esta institución.
¿Estamos hablando de un Consell residual, que sobra y que no tiene ninguna importancia en las políticas que definen el futuro de Mallorca?
Queremos lidear las políticas de Mallorca, no queremos ser una institución de segunda que dependa del Govern. Pero para eso es necesario tener voluntad política. Si la voluntad es pasar desapercibidos y ser la muleta del Govern de turno.... pues...
Si este planteamiento no nos sirve, pues tenemos un problema de arquitectura institucional de esta tierra que nos tendríamos que repensar
¿El problema está en la falta de presupuesto?
El auténtico drama de esta institución es ejecutar el presupuesto. No veo el problema en la falta de financiación, sino en la capacidad de querer ser grandes, de querer hacer algo. Es un trabajo interno de ordenar, organizar y sanear la institución de una manera más eficiente para poder desarrollar las políticas públicas, porque dificilmente podremos impulsar políticas de atención a los colectivos más vulnerables como son los niños, los mayores y los dependientes si no tenemos una maquinaria que funcione como toca.
¿Al ciudadano medio le llega esta utilidad del Consell?
El ciudadano espera de las instituciones en general que funcionen. A un usuario del servico público le importa poco si Son Llàtzer está gestionado por el Ajuntament de Palmaa, por el Govern o por el Consell. Yo creo que la gente no tiene este esquema mental como usuario. Si hay una institución que le corresponde tener una visión de isla, de pueblo de Mallorca, una visión de marca turístico-económica, es el Consell. Y no porque lo diga yo, sino porque también lo dice el estatut d'autonomia. Y si este planteamiento no nos sirve, pues tenemos un problema de arquitectura institucional de esta tierra que nos tendríamos que repensar. Yo creo que ninguno pone en cuestión el modelo institucional. Si lo que hemos avanzado a día de hoy no resulta eficiente no quiere decir que el modelo de estructura no sea el adecuado.
El Consell no quiere ser el Ajuntament de Mallorca
Pero la marca del Ajuntament de Palma y del Govern balear ¿se superpone a la que pudiera tener el Consell?
Sí. Competimos dentro de un mismo espacio Govern, Consell y Ajuntament y la inmediatez que tiene un consistorio no la tienen otras instituciones y el impacto a nivel legislativo que tiene el Govern a través del Parlament es importante y, claro, el Consell tiene otra función. El Consell no quiere ser el Ajuntament de Mallorca. Tiene encomendada la función de tener una visión conjunta de la isla, de los 54 ajuntaments de Mallorca, del modelo económico insular, claramente diferenciado del resto de las islas. Si no lideramos desde la institución lo que representa el conjunto de la isla de Mallorca no sé quién lo hará.
¿Estamos pues ante una falta de liderazgo?
"Ni le falta, ni le ha faltado y estamos trabajando para ampliar este liderazgo". Alguién debe liderar todo esto y yo creo que es el Consell el que debe hacerlo. Venimos de un tiempo en el que el Consell era la comparsa del Govern, el instrumento útil o no del Govern de turno y yo creo que hemos de ganar en independencia, en autonomía, en iniciativa para impulsar las propias políticas que interesan a los mallorquines. El Consell debe creerse su papel y tener un mensaje, una idea, un proyecto, un liderazgo que, efectivamente, lo debe asumir.
En Alemania no tienen un monolito que sea un homenaje a los constructores de los campos de concentración
Usted ha dicho que no quisiera pasar a la historia por ser ésta, la legislatura de Sa Feixina
Aquellos que defienden que es un monolito que ayuda a conciliar los dos bandos de una guerra, yo no lo comparto, como tampoco comparto el paralelismo de quienes dicen que en Alemania están los campos de concentración. Es que en Alemania no tienen un monolito que sea un homenaje a los constructores de los campos de concentración. Es muy diferente.
¿Cual va va a ser el dictamen de Patrimonio?
Soy el primero que igual que defiende que este monolito no sirve para ser un instrumento de reconciliación y de pedagogía para divulgar lo que fue la guerra, el horror y la represión, también digo que tenemos un sistema administrativo que da garantías a los administrados. Los técnicos dijeron 'no' una vez y ahora hemos vuelto a admitir el recurso de alzada y los expertos se tienen que volver a pronunciar si el monolito tiene un valor histórico artistico y por tanto si merece o no su protección.
Pero la respuesta es predecible ¿no?
Yo entiendo que sí. Si estamos de acuerdo con el criterio de los técnicos a la hora de proteger unas torres de defensa, un molino, un castillo... también tenemos que aceptar lo contrario a la hora de proteger el monolito de Sa Feixina.
Dígame un logro que quiera conseguir en esta legislatura
Hay muchos, pero el principal sería poner orden y modernizar el sistema de subvenciones y ayudas de la casa para los diferentes colectivos, porque su precariedad nos ha afectado mucho. Si lo conseguimos, tendrá un efecto multiplicador.
¿Algo que le preocupe?
Por el volumen económico que tiene, todas las iniciativas que hacen referencia a inversiones. Son casi 20 millones de euros que me preocupan que se acometan: 12 millones en La Misericòrdia, 4 millones en el Centre Toni Catany, 1 millón para Bellpuig y la misma cantidad para el polideportivo Sant Ferran.
Yo no tengo ambición de ser el contrapunto de Armengol. Yo no me veo en este papel
En el campo más político, usted ha sido nombrado recientemente portavoz del PSIB. ¿Cómo afronta esta nueva responsabilidad?
Asumir la portavocía es un reto que me impone y me pide el partido y que yo asumo con mucho gusto. Veo una oportunidad también para ampliar los ámbitos de conocimiento de todas las islas, con una visión mucho más global.
¿Qué diría a algunos "históricos" que están descontentos con los cambios en la Ejecutiva del PSIB?
Todos los cambios generan alianzas, rechazos, cuestionamientos, críticas... Una institución como lo es un partido, que pretende conectar con una realidad social que cada día cambia, necesita hacer gestos y tener nuevas capacidades para adaptarse a esta nueva realidad. No es una cuestión de relevo intergeneracional, sino que con estos perfiles se está premiando el trabajo que se está haciendo en las instituciones como es el caso de Cladera, Negueruela, Palomino, Ruíz de Eivissa y Mora de Menorca. Son personas que tienen liderazgo en sus correspondientes instituciones y cuya experiencia y trabajo necesita el partido para actualizarse. Por tanto, no me centraría tanto en las críticas, como en la incorporación de gente nueva que si ayuda a oxigenar y activar la Ejecutiva pues bienvienidos sean.
La portavocía no es un regalo de segunda, no es un regalo de consolación
¿Tiene usted la sufiente ambición para ser secretario general del PSIB?
Yo tengo toda la ambición del mundo para ser no sólo secretario general del PSIB si no para otras muchas cosas, pero no sólo se necesita ambición. Para llegar a esa responsabilidad se ha de tener ambición personal, un equipo que te ayude, una dinámica que lo favorezca... y a día de hoy no me he planteado ser sustituto.
¿Quién es el mirlo blanco socialista? En tiempos de Antich lo era Francina Armengol y cuando Armengol asumió la secretaría se habló de usted como posible sustituto, pero después ha habido algún movimiento que lo han apartado del camino y en los mentideros se dice que la portavocía se le han encomendado para que no se salga de la línea oficial
Políticamente yo coincido mucho con la línea de Armengol, que es la que tenía Antich. Yo no tengo una divergencia de pensamiento político con Armengol. Yo no tengo ambición de ser el contrapunto de Armengol. Yo no me veo en este papel. Si Francina me ha ofrecido la portavocía del partido entiendo que es porque quiere trasladar esa nueva imagen del partido. No es un regalo de segunda, no es un regalo de consolación. Es una propuesta estratégica que tiene el partido en su conjunto.