El que escribo ahora es mi artículo número 500 en este medio de comunicación. Quiero agradecer, en primer lugar, la confianza depositada en mí por parte de la dirección, que ha hecho posible que, desde enero de 2014, pueda expresar mis opiniones cada semana con total libertad. Me he sentido arropado como ciudadano libre por este digital que con tanto respeto me ha tratado estos 8 años.
Y todo eso dice mucho de la dirección y los trabajadores de este diario digital, permitiendo, sin ningún reparo, opinar sobre cualquier tema, semana tras semana. La libertad de expresión bien entendida, siendo respetuosa con las opiniones de los demás, es toda una señal del verdadero periodismo.
Y, cómo no, agradecer a los lectores la paciencia que han tenido conmigo leyéndome cada domingo, esperando que hayan compartido mis puntos de vista, unas veces a favor y otras en contra. Lo importante no es si están ustedes de acuerdo con mis opiniones, sino que estas han podido ser leídas y reflexionadas por los que se dignan a leerlas, y a lo mejor he podido aportar un punto de vista nuevo a un tema en concreto. Eso sí, siempre desde el respeto y la concordia.
Y aunque suene un poco egoísta, es un placer poder compartir mis ideas y mis reflexiones con todos ustedes, ya que al poner por escrito mis opiniones personales también me ayudan a ordenarlas y repensarlas, haciendo que deseche algunas y que salgan reforzadas otras con un argumento más sólido y profundo.
Les debo confesar que algunas semanas, o tengo un montón de temas para escoger costándome elegir uno, o, en cambio, debo rebuscarlo, porque mi cabeza y el ritmo de esta moderna sociedad me impiden parar y escribir.
Pero hoy me ha sido fácil escoger el tema parafraseando el dicho popular que dice que es de bien nacido ser agradecido.
Gracias, de nuevo, por la confianza depositada, y espero poder escribir otros tantos artículos que capten su atención y su interés.
