Este martes el Parlamente decide la creación de la Comisión de Investigación de Son Espases con posturas diferentes en cada uno de los grupos políticos. La iniciativa parte de Més, que quiere la comparecencia de todos los posibles implicados,incluido el expresident
Jaume Matas y los empresarios que participaron en el proceso de adjudicación. La última exigencia de Més, formulada este martes, es que la comisión
sea abierta con lo cual
los ciudadanos sabrán con pelos y señales todo lo que se diga.
No obstante, los econacionalistas de Més se han encontrado con una sorpresa. La relativa tibieza del PSIB por el
asunto. Los socialistas se han sumado a la iniciativa, reclamando la presencia de Aina Castilllo, Mabel Cabrer, Rosa Estaràs y
Catalina Cirer, que era altos cargos cuando se produjo la adjudicación. Pero dejando a Matas
"para más adelante si fuese necesario". El PSIB es partidario de una comisión prudente que vaya
"paso a paso".
Pero lo que no se esperaba la izquierda es que el PP se sumase con entusiasmo a la Comisión, exigiendo (y tiene mayoría absoluta para conseguirlo) que la investigación se amplíe a la etapa socialista. Quieren la investigación de los 60 millones que el PSIB gastó en el montículo que disimula el impacto ambiental del hospital con respecto al vecino monasterio de La Real y en los trabajos de los restos del fortín romano hallado en la zona.
El PP también quiere que se investigue el puente construido por el Consell cuando su presidenta era
Francina Armengol. Según los populares, este puente se levantó sin
"el pertinente estudio de impacto ambiental".
Por su parte, fuentes de Més indican que "si los socialistas hicieron el puente sin estudio de impacto ambiental nos encontraríamos con una simple irregularidad administrativa, sin más trascendencia. Pero quién convocó el concurso y otorgó la concesión fue el Govern de
Jaume Matas. Todo indica que en aquella concesión pasaron cosas mucho más raras y vergonzosos que una simple irregularidad administrativa". El PSIB afirma que "el PP previó el hospital, pero no los accesos. No quedó otro remedio que actuar con rapidez.
No obstante, algunos miembros de Més comentan en privado que han notado
"un cierto tono de reproche" por parte de algunos socialistas por haber promovido esta Comisión de Investigación.El año 2007
Francina Armengol hizo lo imposible para que el hospital no se hiciese en Son Espases, pero el president
Antich apostó
fortímisimo por construirlo.
Las concesionarias eran y son
potentísimas empresas madrileñas con muy buenas relaciones en aquellos momentos con el ministro socialista de Obras Públicas,
Pepiño Blanco., que acabó la legislatura de manera muy controvertida, viviendo en el lujoso chalet que había pertenecido a un futbolista y enviando a sus hijos a un lujoso colegio privado de formación en inglés. También tuvo problemas con un empresario que le ligó a un presunto asunto turbio de tráfico de influencias por un encuentro en una gasolinera.