El President del Govern Balear pidió ayer a Mariano Rajoy que declare de servicio público los vuelos entre Mallorca y la Península. Al menos así lo reflejaba la agencia Efe, habitualmente muy estricta en las citas de lo que dicen nuestros líderes. ¿Se refiere el President al éxito que tiene el servicio público entre Menorca e Ibiza con Mallorca, donde los vuelos son carísimos?
El servicio público consiste en que el Estado interviene, contrata a una empresa y le ofrece a ella todos los vuelos, con un precio prepactado. La razón que se debe esgrimir para esta alteración de la competencia es que no hay proveedores privados que ofrezcan estos vuelos, por escasez de demanda.
¿Pero alguien tiene dos dedos de frente?
Entre Mallorca y la Península (no así en algunos casos de las islas menores),
la oferta está ahí, esperando a que volemos; los precios son muchísimo más
baratos que hace dos o tres décadas y si algo no ha funcionado ha sido de forma
puntual. ¿Es que la solución es que aparezca de nuevo un régimen de monopolio, con precios prefijados?
Al final, si estas propuestas llegan a prosperar, todavía tendremos que hacer
Palma Berlín Madrid, para poder volar barato. ¡Qué guapos estarían si se
quedaran quietecitos! La tranquilidad es que no hay ni un euro para estas
tonterías y todo quedará en una declaración solemne que se olvida al instante.
