Parece mentira que aún ninguno de sus afines (incluídos dos consejeros) le haya contado a Utz Claassen que cada paso que da provoca que su popularidad se hunda más. Bueno, igual sí le aconsejan correctamente pero a él le importa poco ser querido o no por el mallorquinismo y lo que busca es otra cosa, como muchos sospechan.
Clama al cielo que en mayo anuncie un proyecto deportivo y económico de futuro para el Real Mallorca, y que lo condicione a la compra de más acciones, operación para la que presentaría una oferta en agosto.
Más de tres meses ha tenido Claassen para preparar la oferta. Sin pedir cita con los que poseen las acciones que quiere comprar, el alemán se limitó a mandar un e-mail comunicando sólo que tiene la intención de comprar. ¿Y la oferta económica? ¿Dónde está la propuesta? Quien hace una oferta para comprar algo pone una cantidad -aunque sea sólo un punto de partida para negociar- sobre la mesa. Y no hace falta gasta ni una línea en el pequeño detalle de la oportunidad: el mail se recibe el 31 de agosto, viernes, en plena vorágine de posibles fichajes en el límite.
Yo me pregunto si Claassen en realidad tiene músculo financiero para convertirse en el máximo accionista de la entidad. Lo dudo por mucho que tenga otro consejero que también tiene ganas de sacar de la planta noble a Lorenzo Serra Ferrer.
Pero el hecho es que Claassen no ha cumplido su palabra. Su palabra vale ahora todavía menos. El vencedor de la partida es Serra Ferrer. Lo es porque entre mayo y agosto el club ha cambiado mucho: hay dinero en caja, el presupuesto está equilibrado, el equipo cumple en el campo, y el futuro económico está resuelto con el nuevo contrato televisivo.
Como ya ha contado este periódico en varias ocasiones, de mayo a ahora, comprar el Mallorca es bastante más caro. ¿Será por éso que Claassen no ha concretado ninguna oferta de compra? ¿Ese era el interés real del teutón, revolver el rio para pescar barato?
¿Y ahora, qué? Señor Classen, coja su proyecto deportivo y económico, déjelo sobre la mesa del Consejo de Administrción, ofrézcalo al club si realmente cree en ambos -en su proyecto y en el club-, y ya verán los demás accionistas si se puede aprovechar algo de él.
A continuación, repase las pintadas de alrededor del estadio, y medit su futuro en el Mallorca. Y no le estoy pidiendo que se marche. Igual puede aportar algo bueno. Eso sí, sin numeritos.