Un seísmo ha sacudido la frontera de Irán e Irak con una magnitud de 7,3 en la escala de Richter. Se ha notado en el Kurdistán, el sur de Turquía y en las capitales Bagdad y Teherán. La destrucción es masiva. La Media Luna Roja asegura que al menos 70.000 personas se han quedado sin casa, y se calcula que la situación de entre 20.000 y 30.000 es crítica.
La peor parte se la ha llevado Irán. Aumenta el número de las cifras de víctimas que superan los 340 muertos y los 2.800 heridos.