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Un momento de la entrevista con esta 'embajadora' de Mallorca en el mundo
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Un momento de la entrevista con esta 'embajadora' de Mallorca en el mundo

"Mallorca vive del turismo pero no puede ser a toda costa, con alquileres ilegales"

Por Cristina Suárez
sábado 15 de abril de 2017, 09:11h

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Ha viajado por todo el mundo, ha visto, ha comido, ha probado, ha buceado por multitud de rincones y culturas del planeta "y puedo afirmar que como en Mallorca, y concretamente, en Sóller, en ninguna parte". Anna Nicholas, periodista y escritora británica, es una colaboradora habitual de Telegraph o Finantial Times, en los que escribe de la "Mallorca auténtica". Desde su atalaya informativa, descubre a millones de lectores los tesoros de esta isla, que siente ya propia. Una embajadora de lujo. Hace un mes recibió el Siurell de Plata de la Asociación Balear de Agroturismos y Turismo de Interior (Abati). Ahora, se sienta con mallorcadiario.com.

Con todo lo que ha visto y conocido, ¿por qué Mallorca?

Mi hermana tenía una au pair de Fornalutx que siempre me animaba a visitar la isla pero a mí solo me venía a la cabeza Magaluf. Hasta que un año, hace ya casi 20, mi marido me regaló por mi cumpleaños una estancia en La Residencia, en Deià. Llegamos y sinceramente, no podía creer lo que veían mis ojos: era el Paraíso. Volvimos varias veces después y terminamos alquilando una villa por Sóller. En aquellos días conocimos la que a día de hoy es nuestra casa: estaba totalmente destruída y había que hacer obra, pero la localización nos enamoró. La compramos y tres años más tarde nos instalamos definitivamente.

Dejó Londres, una empresa de Relaciones Públicas de alto standing que funcionaba de maravilla, para venir a Mallorca.

Sí, vivíamos en el corazón de Londres y teníamos un trabajo fabuloso pero tomamos aquella decisión y acertamos. He de decir que, aunque yo soy muy “british”, mis raíces son de Gales y recuerdo que mi abuelo, que era muy nacionalista y me llamaba "ms. BBC", siempre estaba con la defensa de su lengua. Así que me vino bien ese pasado para aterrizar aquí, en una isla en la que lo propio es tan importante.

¿Con qué se queda?

Con la belleza y la variedad del paisaje y el clima: me llama mucho la atención los microclimas que se dan. Nosotros vivimos en la Serra, tenemos el mar a un paso pero coges el coche y en muy poco, ya estás en el Pla. Bueno, en "poco rato" al menos para nosotros, ya sabemos cómo son "las distancias mallorquinas"(risas).

A sus lectores les desvela también la cultura propia.

Claro, es que las fiestas, las costumbres, la comida, la vida al aire libre… ¡Enamoran! Si hay algo que me gusta de este país, que no se da en el mío, es la preservación de lo propio. Allí, por no incordiar, hemos acabado con muchas tradiciones brillantes. Me gustaría que los ingleses fuesen más como los españoles, con más "cojones".

Para ‘cojones’, el Brexit...

No creo que eso sean "cojones", es más bien un error. Me habría gustado ser más directos con la UE y haber exigido ciertos cambios , pero no habernos ido.

¿Usted se siente europea?

Para que se haga una idea: cuando vuelvo a Inglaterra me siento una turista. Voy por Londres y cuando oigo a alguien hablando español, me siento en casa. A mí me encanta la cultura de aquí, en casa seguimos la dieta mediterránea… El Brexit no va a arreglar los problema de los ingleses, se lo aseguro.

¿Cómo recuerda ese momento en el que se entera de que Reino Unido ha dicho 'sí' al Brexit?

Con muchísima pena e incredulidad. Una amiga mia, que trabaja en la BBC, me llamó a las 5 de la mañana casi llorando. Fue un dia muy triste. Yo creo en Europa, era bueno estar juntos. Cambiando algunas cosas, por supuesto, como el despilfarro de dinero, pero mantengo que juntos es mejor. Además, con Reino Unido fuera, no tengo que claro que la UE sobreviva. Si Le Pen gana, Francia se irá y Alemania no se va a quedar sola tirando del carro.

Volviendo a la isla, cuente experiencias "distintas" que le hayan gustado especialmente.

Por ejemplo, cuando conocí la finca de Montserrat Pons en Llucmajor. Este hombre es un experto mundial en higueras e higos. Tiene variedades incluso de Siria, Irak, etc. Así que entiendo que es un tesoro lo que hace aquí y que, por desgracia, casi no es conocido. O los caracoles, que me chiflan: me gusta ir a una conocida granja de Binissalem. Mi próximo reto son las viñas. El vino de Mallorca no tiene nada que envidiar a los de Francia, por ejemplo.

Diga la verdad: la primera pieza que publicó sobre esta Mallorca, ¿era lo que esperaban en esas redacciones? ¿Qué le dijo el editor?

Recuerdo que la editora jefe del Finantial Times, que es una buena amiga, se interesó por esa Mallorca -que he de decir que no es Magaluf pero tampoco es Palma o Puerto Portals, o sea, lo de siempre- sino Santa Maria del Camí, Lloseta… Ella y el Finantial Times apuestan por perspectivas diferentes, no van a lo seguro -por eso me gusta ese periódico- pero otros medios, he de decir, tienden a ser mas populistas.Gran parte de la prensa inglesa que me contacta está interesada en las barbaridades de los ingleses que pierden la cabeza en la isla y cosas así. Siempre les digo lo mismo: “No soy vuestra persona, yo solo escribo en positivo de Mallorca". A mí me gusta la Mallorca rural y sin aglomeraciones. La gente para la que escribo -me gusta pensar- es esa que no viene aquí de fiesta y a emborracharse sino a conocer esta cultura, leer, bucear en ella…

¿Percibe turismofobia, como dijo el ministro de Turismo?

Seamos serios: esta isla vive del turismo, asi que lo necesita, pero creo que convendría equilibrar. Cada año hay más y más turistas. Yo vivo en Sóller y en los dos últimos verano, no podías ni pisar la calle. Lo que sí me choca son los ataques de algunas asociaciones medioambientales que dicen que los turistas destruyen, por ejemplo, la Tramuntana. Mire, estoy segura que la inmensa mayoría cuida el entorno y viene a disfrutar de él de manera respetuosa. Es un tema de equilibrar sin prohibir.

¿Quizás subiendo precios?

Creo que la isla ya es cara. Hago críticas de hoteles para el Telegraph y sinceramente los precios son altos y cada año suben… ¡Pero es que la calidad que ofrecen es soberbia! Tienen un producto que todos desean. Lo malo de esta criba es que se quedarían sin poder venir esas familias normales que realmente quieren conocer la isla, aportando y empapándose de lo bueno.

Muchas de esas familias van a apartamentos. ¿Cómo ve el asunto del alquiler vacacional en plurifamiliares?

Entiendo perfectamente que alguien quiera alquilar su casa para ganar un dinero, o directamente vivir de ello. Lo que no apruebo son los alquileres ilegales. No todo vale, no a cualquier precio. Y sobre todo con los apartamentos, que es el núcleo del problema, por los problemas vecinales que genera.

Con tan pocos inspectores, ¿se puede hacer algo de verdad?

Está claro que no. En Sóller, que es lo que más conozco, la mayoría de los que alquilan turísticamente tienen licencia. Pero los que operan sin ella, tienen miedo, porque aquí -a diferencia de mi país- sí que se denuncia aunque sea de tu familia.

Hace un mes recogió el Siurell de Plata de la ABATI, por la labor de difusión que hace de la Mallorca rural, no solo en sus artículos sino también en sus libros.

Para mí fue un orgullo. Es un reconocimiento por parte de los empresarios "de aquí", de los que muestran a los visitantes la Mallorca de la tierra, de sus productos locales, sus tradiciones y su lengua. Les estoy muy agradecida y comparto la visión de promoción de los productos locales. Me parece un error importar, porque sea más barato. Hay que consumir de la tierra.

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