Mal empezamos el cuento

Año nuevo, vida nueva, dice el refrán. Pero mal hemos empezado el año. El humor insano de la Lalachus ofendiendo a los cristianos más radicales nos deja un mal sabor de boca y demuestra que, este 2025, será un mal año para los católicos. Sánchez y los suyos se olvidaran de los mártires de la iglesia que fueron encarcelados, torturados, violados y asesinados por ser curas o monjas. Claro que esos asesinatos se produjeron antes de 1936, o sea, antes de Franco y eso no es Memoria Histórica. Salvo si es la comunista. Mal empieza el año cuando los analistas nos demuestran que toda esa patraña de la economía nacional es solo para vender los progresos de los progresistas ante Europa. En España, la gran mayoría de los residentes no pueden llegar a final de mes. No pueden ahorrar nada. No pueden comprarse una vivienda, ni un coche nuevo, ni pagar el recibo de la luz, ni asumir el coste de los gastos de los niños. Somos pobres y este año, seremos más pobres todavía. Todos, salvo los innumerables políticos de derechas e izquierdas, que se han enganchado a la teta nacional. Mal vamos, cuando la justicia no puede ser ciega y mira hacia otro lado cuando se trata de gerifaltes, familiares, amigos y amantes de los que mandan. Mal andamos cuando es más importante el Roscón de Reyes, que el intento del rey de España de poner orden y concierto en el desaguisado nacional. Mal ha empezado el cuento con la llegada de más inmigrantes africanos y el Gobierno de España dice que no lo puede arreglar porque el PP no le apoya su desaforada ley para que sean las comunidades las que paguen el coste de la solidaridad nacional. Pero no dicen que esa solidaridad no pasa por el País Vasco ni por Calalunya, que ya han dicho, y está publicado, que ellos no aceptan el reparto. Pero de eso, no dicen nada. Mal empieza el cuento cuando España se da la vuelta ante el mal vecino, se baja los pantalones, se pone a cuatro patas y deja que Marruecos nos diga cómo tenemos que gestionar nuestras fronteras. Mal empieza el año para los afectados por la Dana a los que, aún, no les han llegado las ayudas prometidas. Ni de la Comunidad ni del Gobierno central. Pero siguen saliendo a la calle los voceros del Gobierno central sin pedir, también, la dimisión de los responsables de la inacción durante los primeros días del desastre. Y espera, que este cuento aun no se ha acabado. Mal hemos empezado con el mundo laboral. Vamos a trabajar menos horas. A costa de los empresarios que son los malos de España, roban a los trabajadores, son de derechas y nada entienden de la filosofía comunista de Sumar y Podemos. Apoyados por los sindicatos, se han olvidado del verdadero problema del mercado laboral: los salarios. Deberían dejar de hacer tonterías y negociar un aumento salarial general para hacer frente al aumento de los costes de la vida, por encima del IPC y de la fiscalidad que chupa Hacienda, más del 30% de media, para poder pagar a los miles de políticos que se lucran con el sudor de los ciudadanos. Pero de eso, no hablan, pero si chupan. Mal hemos empezado el cuento con la muerte de Xisco Antich. Un hombre bueno y buen socialista de verdad. Respetuoso con sus enemigos y abierto a todo tipo de entendimientos y acuerdos de país. Estimat Xisco, en el cel ens veurem i tornarem a compartir el tabac, quan no ens mirin. Gràcies per tot.