Que haya comercios (panaderías, pastelerías, gasolineras y tiendas) que vendan comida y bebida para llevar, es muy normal. Que estos establecimientos coloquen sillas y mesas en su interior o en una terraza y ofrezcan un servicio propio de bares, manteniendo su actividad comercial original, ya se adentra en el terreno de la picaresca porque están sujetos a una regulación administrativa mucho más laxa y permisiva y además, aplican a sus trabajadores el convenio del sector del comercio en lugar del convenio de hostelería, mucho más exigente en todos los órdenes.
No deja de ser llamativo que la patronal Asociación Restauración de Mallorca y los sindicatos UGT y CC.OO. se muestren unidos y dispuestos a luchar contra una actividad que supone una competencia desleal, por cuanto su actividad principal es la de panadería, gasolinera o heladería, por poner un ejemplo, y no tienen que cumplir los requerimientos de la legislación en materia de hostelería y restauración, además de pagar bastante menos a sus trabajadores, lo que les permite ajustar los precios a unos niveles imposibles para un bar cafetería.
La Administración debe atender las demandas que plantean los sindicatos y la patronal del sector de la restauración de Mallorca, de modo que se cumpla la legislación y no haya negocios que presten servicio de bar cafetería sin estar dados de alta para ello. Mantener la situación actual de consentir un agravio que perjudica a hosteleros y a los trabadores.
