De la fantasía a la realidad... Dejadme que os cuente lo que estoy viendo: una pandilla de adolescentes. Este verano en Palma un adolescente municipal, el actual Concejal de Igualdad y Derechos Cívicos, -el mismo que no hace mucho tiempo entró a tortas en la Conselleria de Educación-, decidió "decorar su habitación de adolescente" haciendo ondear en el balcón del Ayuntamiento una bandera multicolor, así, sin más, "porque me gusta". En esa misma pandilla de adolescentes alguien dijo: yo soy skater y necesito con urgencia un espacio para disfrutar con mi skate, así que carguémonos las terrazas del borne que no me dejan patinar, ¡es urgente!; otro dijo, yo soy antifascista y me cargo el monolito de Sa Faixina -cueste lo que cueste...- ¡hagámoslo con el dinero de todos!; el adolescente que estaba en una esquina dijo: "mi novia y mi primo llevan meses en el paro, busquemos curro para ellos en algún cargo público "; a mí -dijo una chica-, me molestan los del Parc Bit, los ahogamos quitándoles el Concierto... Y la pandilla seguía adelante con sus fantasías... yo soy antitaurino, que la Concejalía de Bienestar animal apruebe una ley antitaurina... ¡y así se hizo! Otro dijo, a mi me molestan los guiris, están por todas partes y no me dejan circular, ¡acabemos con el Turismo...! Podría seguir recordando las prioridades de nuestros adolescentes, pero no lo haré. Todo esto tendría cierta gracia si se tratase simplemente de una pandilla de adolescentes en edad de fantasear y organizar el mundo "a su manera" pero... ¡se acabó el recreo, es hora de volver a clase! así que, por favor, dejaos de fantasías y empezad a trabajar. Eso les digo a nuestros nuevos políticos (según Wikipedia, políticos son los "representantes del pueblo en el mantenimiento, la gestión y administración de los recursos públicos"): volved a la realidad, guardaos en el bolsillo vuestras fantasías y gestionad, de una vez por todas, nuestras islas... ¡que para eso os pagamos!
