Mallorca vive una nueva vergüenza colectiva. mallorcadiario.com ha destapado el escándalo de bares de Magaluf que organizan concursos de felaciones masivas a cambio de barra libre. La publicación de este video por parte de este digital se ha convertido en un fenómeno comunicativo a nivel de España y se expande por Europa. Pero sobre todo en Mallorca los ciudadanos se han quedado con la boca abierta, azorados, indignados y ofendidos.
La imagen de Mallorca convertida en una Gomorra sin control ni vigilancia constituye un palmetazo de enormes proporciones al prestigio de la isla. ¿A qué tipo de turismo aspiramos a partir de esta vergüenza? Los mallorquines bien saben que se trata de unos pocos bares aislados y concentrados en la encendida zona de Magaluf, un islote de desenfreno dentro de una isla turísticamente más equilibrada. Pero eso se sabe en Mallorca, no a lo largo y a lo ancho de tantas ciudades y localidades de la Península y el Continente que están contemplando, boquiabiertos, el video publicado en rigurosa exclusiva por este digital.
Las instituciones deben actuar con total contundencia para erradicar estas prácticas denigratorias. Tiene que hacerlo el Ayuntamiento de Calvià, cortando las alas a los desaprensivos que impulsan estas prácticas y luego impulsando una campaña publicitaria para recuperar el terreno perdido. También tiene que ponerse en marcha la Delegación del Gobierno con las fuerzas de orden público a sus órdenes para vigilar y controlar todas las actividades que fuerzan a personas a autohumillarse en público a cambio de alcohol. Y tiene que alzar su voz el Govern Balear, bajo cuya responsabilidad se encuentra preservar la categoría y el respeto hacia el Archipiélago.
Los concursos de felaciones son inconcebibles en un Estado de Derecho. Evocan las orgías de la embrutecida Roma de Nerón y de Calígula. Son impropias de una sociedad libre. Son impropias de una democracia.
Basta de actos que denigran la dignidad colectiva. Turismo ha de er sinónimo de calidad y de decencia, auténticos reclamos de tantas famílias que escogen Mallorca como destino vacacional. Las Gomorras convertidas en negocio insultan a toda la sociedad.