Tras años de batalla legal contra el Ayuntamiento, finalmente han dado comienzo los desalojos forzosos de las viviendas del barrio de Sa Penya. Las familias afectadas, en su mayoría de etnia gitana, exigen al consistorio de Vila una solución ya que, según ellos, se quedan en la calle con sus hijos.
Algunos vecinos de las viviendas colindantes a las desalojadas este martes, increpaban a la Policía y mostraban su indignación con gritos desde los balcones y azoteas: "somos personas, no animales", "en dos semanas volveremos a estar aquí" o "han tenido que venir policías de fuera para echarnos, porque los de aquí no se atreven", eran algunas de las expresiones que se podían oír.
Una mujer de las que ha sido desalojada, ha querido dar su testimonio y ha cargado duramente contra el alcalde de Vila, Rafa Ruiz, al que ha denominado "el alcalde de acero" ya que "se preocupa de los gatos que tiene en la acera de Can Botino pero no se preocupa de los niños que ha dejado en la calle".
María, que así se llama la mujer, lamentaba que se ha tratado de una expropiación forzosa y que con el dinero que les dieron, tuvieron que cancelar la hipoteca, quedándose sin casa y también sin dinero. Ese fue el motivo por el cual optaron por ocupar ilegalmente las viviendas otra vez, para no verse en la calle.
"Me he quedado en la calle y por eso me voy la puerta de can Can Botino (sede del Ayuntamiento de Eivissa) a dormir", ha asegurado.
"Queremos un realojo, que no nos dejen en la calle", ha pedido María. "Ellos me han quitado una casa que era mía, la estaba pagando. Que me den otra", exige llorando.