Las balanzas fiscales autonómicas hechas públicas por el Gobierno central no pueden ser más indignas y ofensivas para Balears. Madrid se lleva cada año del Archipiélago 1.483 millones que no vuelven jamás. Mientras la población isleña ha sufrido estos últimos años todo tipo de privaciones y ha asumido sacrificios muy importantes, un dineral se ha ido rumbo a la Meseta. Este agravio,que viene arrastrándose durante más de medio siglo, tendría que unir a todas las fuerzas políticas isleñas para exigir una financiación justa.
El presidente Bauzá ha alzado este miércoles su voz en contra de lo que es una palmaria injusticia hacia la ciudadanía balear. Aunque en Madrid gobierne su propio partido, Bauzá ha puesto con coraje los intereses de su comunidad por encima de cualquier otra consideración. Es una postura que le honra.
El presidente ha recibido las críticas del PSIB que le considera incapaz de lleva al poder central por la senda de la justicia y la equidad. Pero habría que recordarles a los socialistas que cuando gobernaba Zapatero Balears también se vio menospreciada y nunca se logró una financiación acorde con la capacidad de trabajo y de esfuerzo de los isleños. ZP enviaba un dineral a Andalucía y Extremadura por los intereses que fueren, pero sin duda alejándose de todo sentimiento de equilibrio dentro de una misma nación.
Lo mismo hace Rajoy, que no muestra sensibilidad hacia los que más sudan, arriesgan e invierten, hacia los que hacen de su dinamismo y laboriosidad el principal distintivo de sus vidas.
Madrid debería entender que arrancar recursos imprescindibles a las comunidades más dinámicas es un error, es pan para hoy y hambre para mañana. Es de sentido común que no se puede asfixiar a los que tiran del carro, porque lo único que conseguirán es la parálisis generalizada.
La financiación justa para hoy, son las inversiones de mañana y los puestos de trabajo de pasado mañana. Y no sólo en las comunidades más dinámicas, sino en todas partes, porque la economía se expande ante los éxitos en zonas concretas y se retrae cuando los lugares más activos pierden fuelle a causa de injusticias incalificables.
Ante esa tesitura, es vital que las fuerzas políticas baleares olviden rencillas y hagan piña para defender a su ciudadanía. Lo importante es recuperar el máximo posible de los 1.483 millones que se van, siempre teniendo en cuenta que una parte ha de destinarse a lógicos objetivos de solidaridad compartida. Pero sin hacer de tontos, sin que nos tomen por pardillos.
Bauzá ha de unir a todos en defensa de la dignidad balear. Nos va muchísimo en el envite. Y la oposición debe dejarse de partidismos inútiles y ayudar a su Govern en todo lo que pueda en esta vergonzosa ofensa que es una financiación autonómica convertida en tomadura de pelo.