Metido de lleno en las labores de cada año a estas alturas, que no son otras que tratar de fichar con poco dinero y muchas prisas, el Mallorca tuvo tiempo para despachar su primer partido del curso con una victoria. Como quiera que en este tipo de escenarios siempre se habla de reforzar una u otra posición, nunca está de más que el jugador al que le buscan una sombra se reivindique. Así lo hizo Hemed, por el que nadie apostaba antes de la cita ante el Espanyol como un delantero fiable para rellenar toda la temporada. Y mira por donde que el israelí ofreció un catálogo de remates desconocido hasta ahora. Todos sabían de su virtud con la suerte de los penalties, pero pocos le habían señalado como un ariete voraz y certero en el primer golpeo.
A la espera de que lleguen delanteros, centrales y socios –preocupante imagen del Iberostar Estadio para ser el primer encuentro de Liga-, el Mallorca ha decidido ir sumando por lo que pueda pasar. En pleno proceso de costura del equipo, el grupo de Caparrós salió adelante con lo poco que tiene, que igual es más de lo que tienen otros. En una competición en la que Madrid y Barcelona volverán a estar un par de cuerpos por encima del resto, cada triunfo significa salir vivo de una de la múltiples batallas que se librarán por la permanencia. Bienvenida sea esta primera victoria.
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