El delincuente Hasél no debe tener muchas luces vistas las declaraciones que según la prensa ha hecho su abogada a la que el Colegio de Abogados de Madrid ha abierto un expediente deontológico, que no quiere que su defendido comparta celda con otra persona, celdas minúsculas según ella, solo porque no sabe quien es, que no sabe que carácter tiene ni si le dejara desarrollar libremente los hábitos y de lectura que tienen los presos políticos. ¡De premio Nobel!
Los vándalos han sido implacables, mientras Pablo Echenique, el portavoz parlamentario del Grupo Confederal de Unidas Podemos - En Comú Podem - Galicia en Común en el Congreso de los Diputados, ha animado las protestas por Hasél, y calificado a los manifestantes de “jóvenes antifascistas que piden justicia y libertad de expresión en las calles”, al mismo tiempo que su partido criticaba la actuación policial.
Esta escalada de violencia se veía venir porque desde la extrema izquierda en primer lugar han alentado las protestas y en segundo lugar por no condenar la violencia desde el primer momento (ni desde un primer momento ni desde nunca). Esto no va de derecho de libertad de expresión y de manifestación, va de violencia, pura y dura.
Los antisistemas y antifascistas han destrozado mobiliario urbano, papeleras y vallas, han quemado contenedores a modo de barricadas y ha arrojado botellas, pintura y piedras contra la línea policial y a agentes de paisano de la policía en las principales ciudades españolas, Sevilla, Barcelona, Jaen, Madrid, Bilbao, Valencia...
Han atacado y han hecho pintadas y rotura de cristales en varias dependencias policiales, en entidades bancarias, restaurantes y establecimientos comerciales, volcado, quemado y destrozado coches. También se han producido algunas pintadas en la sede del PSC y decenas de encapuchados han destrozado los accesos a los establecimientos saqueando (de paso) las tiendas por donde pasaban, Kenzo, Diesel, Nike, Tous, Adidas, Puma, Versace,...han sido las marcas preferidas para saquear por estos delincuentes. Estos antifascistas, anticapitalístas y antisitemas de los que se nutren basicamente estas manifestaciones que van desarrapados, van sucios y que atufan que dan asco, a la hora de robar escogen de lo bueno lo mejor y lo más caro.¡Antisistemas de boquilla!
A poco que estudies la evolución personal de este delincuente rapero se hacen patentes dos complejos, un complejo de Edipo, o sea un complejo de matar al padre, por sus orígenes burgueses, de los que vive desde que nació, sin haber dado un palo al agua, y un narcisismo maligno, definido por Erich Fromm en 1964, como la condición en la que una persona se caracteriza por un comportamiento grandilocuente, antisocial y hostil, con un sentido desmesurado de su propia importancia, una necesidad profunda de atención excesiva y admiración, que tiene ser amado, idolatrado y venerado.
Recordemos que en la mitología griega, Narciso era un bello pastor que, al inclinarse sobre el agua de una fuente para beber, percibió su imagen y se enamoró de sí mismo.
Para Hasél el mundo gira en torno él, y las manifestaciones violentas lo que logran es que seguir alimentando su ego a costa del sufrimiento de muchos inocentes a los que nadie va a resarcir por los daños sufridos en sus negocios.
Mientras tanto Unidas Podemos, que sigue meando fuera del tiesto, sigue negándose a condenar claramente los actos vandálicos, no solo la violencia, tampoco condena ni los saqueos ni los destrozos de los que son víctimas inocentes los pequeños comerciantes, que U.P. dice defender, a los que destrozan y saquean sus negocios impunemente. ¿Capisci?
