Las terapias de deshabituación tabáquica que tiene en marcha la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) tienen un éxito de casi un 90 por ciento entre las personas que acuden a sus centros con el objetivo de dejar de fumar, según han señalado fuentes de la entidad, que animan a los fumadores a dejar este hábito , aprovechando la entrada en vigor de la nueva Ley. La institución considera “estupendo” el abandono del tabaco durante este año y aconseja dejarlo “cuanto antes” ya que esta “droga” es culpable del “90 por ciento” de casos de cáncer de pulmón. En declaraciones a Europa Press Televisión, la médico y responsable del departamento de prevención y promoción de la Salud de la AECC en Madrid, Elena Segura, argumenta que el tabaco “afecta a todo el organismo” desde el primer cigarrillo consumido ya que las propias hojas de esta planta “contienen sustancias cancerígenas”. Los daños que produce el tabaco a la salud son muchos y muy variados. “Menos capacidad respiratoria, su rendimiento intelectual y físico está disminuido, la inmunología está alterada, elevadas ciertas hormonas, la resistencia a la insulina alterada, disminuye la capacidad de reproducción”, enumera la doctora. Así, Segura indica que el cáncer de pulmón sería considerado como una “enfermedad rara” si no fuera por el tabaco y valora que no sólo afecta a quien fuma sino que remarca que el “fumador pasivo” también puede desarrollar las mismas enfermedades que el activo. “El fumador pasivo se ve afectado de todas las enfermedades que puede producir el tabaco en un fumador activo, diversos tipos de cáncer, de pulmón, laringe, páncreas, vejiga, de riñón, enfermedades cardiovasculares, pulmonares, asma o EPOC”, enumera la doctora. SÍNDROME DE ABSTINENCIA A los siete días de dejar de fumar, la nicotina “desaparece del organismo” aunque el síndrome de abstinencia “dura entre tres y seis semanas”. En este tiempo, quienes abandonan el tabaco pueden reflejar su estado anímico de diversas maneras. “Unos están más irritables y otros pueden estar desganados”, cuenta. Sobre el “falso mito” de que el tabaco de liar o los puros son menos perjudiciales que el tabaco rubio o el negro, Segura subraya que aunque se eliminaran las sustancias aditivas del tabaco, continuaría produciendo cáncer porque la planta por sí sola es cancerígena. Por otra parte, no hay que olvidar que quien realiza a una terapia de grupo en la AECC debe encontrar un motivo de peso para abandonar el vicio, así, según la psicóloga de las terapias, María Salvador, quienes quieren dejar de fumar argumentan que es por “motivos de salud, por sentirse más libres, para no estar atados a una adicción o por ahorrarse el dinero”. En 10 sesiones de tratamiento repartidas durante tres meses, un “85 por ciento” deja de fumar. “Cualquier momento es bueno, pero el 2011 es un año estupendo para dejar de fumar”, recomienda la doctora de la AECC de Madrid, Elena Segura. LA DEFINITIVA Después de ocho años intentando eliminar el tabaco de su vida, Carmen, una mujer de 58 años de edad, confia en que esta vez, gracias al programa de ayuda de la AECC conseguirá abandonarlo. “Creo que esta va a ser la definitiva”, asegura. Del mismo modo, su compañero de terapia de grupo, Daniel, de 53 años de edad, reconoce que le gustaría dejar el tabaco para mejorar su “calidad de vida” y remarca que después de dos meses sin coger un cigarrillo le “parece mentira” que pueda hacer las actividades cotidianas y disfrutarlas sin “dificultad.
