El líder de los socialistas, Pedro Sánchez, visitó ayer nuestra isla invitado para intervenir en la XII edición del Forum Radio Mallorca que se celebró en el Hotel Golf Son Muntaner de Palma. Intentando abstraerse de la intensa crítica interna que se ha hecho patente en su propio partido, cuando solo hace 5 meses que se impuso en las primarias a la secretaría general del PSOE, evitó cualquier comentario sobre las aspiraciones de la presidenta del PSOE andaluz y de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, quien ha abierto la puerta a concurrir a las primarias para elegir al candidato a las próximas elecciones generales.
En su papel de líder de la oposición, no ahorró críticas hacia el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de quien dijo que “es el presidente más retrógrado de la democracia”. Reprochó lo que él denominó “cese encubierto” del fiscal general del Estado, Eduardo Torres Dulce, quien ayer presentó su dimisión. También fue crítico con el proyecto de Ley de Seguridad Ciudadana que se tramita en el Parlamento, calificándola de “ley mordaza”
En clave autonómica y arropado por lo más granado del PSIB, entre los que se contaban Francina Armengol, Francesc Antich, Francesc Miralles y José Hila, Pedro Sánchez se comprometió a trabajar por mejorar el transporte y la conectividad en el archipiélago, mejorar la inversión per cápita del Estado y potenciará el turismo. Y como no podía faltar la promesa estrella, aseguró que renovará el Régimen Especial para Baleares en el caso de que llegue a ser presidente del Gobierno.
El secretario general del PSOE está demostrando ser un habilidoso generador de titulares para los medios de comunicación, pero hace falta demostrar que tras una cara amable y una imagen juvenil hay un proyecto político moderno y creíble. Esto ni siquiera está siendo percibido por los propios militantes socialistas, de ahí que se cuestione abiertamente su liderazgo y barones como Susana Díaz se planteen desbancarlo del cartel electoral si el resultado en las próximas elecciones municipales y autonómicas no es bueno. Pedro Sánchez tiene ante sí un difícil reto, el de demostrar que está a la altura política para tomar las riendas del país si obtiene el respaldo de las urnas. Pero no parece que sea suficiente para conseguirlo el lanzar críticas al Gobierno Rajoy y hacer promesas electorales. Los electores no se conforman ya con tan poco.
