Sobre el papel, Radar Covid es una buena herramienta para el rastreo de los contagios por coronavirus. Países como Corea del Sur o China se han demostrado alumnos aventajados en el uso de este tipo de tecnologías para vencer al virus, mediante geolocalización, cruce de datos y aislamiento si procede. En España, sin embargo, el sistema tiene demasiadas lagunas y no acaba de arrancar.
Para que sea efectiva, es imprescindible, por un lado, que la aplicación sea instalada en sus móviles por una inmensa mayoría de ciudadanos y, por otro, que ajuste correctamente su funcionamiento técnico. Ambas cosas están aún pendientes. La aplicación, impulsada por el Ministerio de Sanidad, ya superaba a mediados de septiembre los cuatro millones de descargas, según datos de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial. Son unos números importantes que, sin embargo, no han tenido un paralelismo en la consignación de casos positivos a través de este sistema, que siguen siendo muy bajos. Tampoco ayuda que entre las 13 comunidades que han empezado a activar Radar Covid no se encuentren las más afectadas por la pandemia, Madrid y Cataluña, quienes parecen poco decididas a hacer seguidismo de este plan del Gobierno central.
El funcionamiento de la aplicación también despierta dudas. Un ejemplo próximo lo publicaba mallorcadiario.com este martes al hacerse eco del caso de un joven mallorquín, usuario de Radar Covid, que explicaba su frustración con la aplicación después de haber dado positivo: “Tras mi positivo, a mi novia la alerta tardó cinco días en llegarle. A otro conocido, le llegó al cabo de ocho días. Y la mayor parte de personas próximas, ni siquiera recibieron el aviso”.
La mala experiencia de este ciudadano es uno de los muchos ejemplos relatados hasta ahora. Desde que se implantó en Baleares en agosto, apenas 109 ciudadanos han notificado su condición de positivos en Radar Covid, un pobre número de contagios comunicados que restan efectividad a este recurso tecnológico.
Todos coinciden en que el rastreo es fundamental en la actual fase de expansión de la enfermedad y Radar Covid puede ser un arma de gran eficiencia en el control y la prevención del coronavirus. Cabrá, primero, limar los aspectos técnicos de la aplicación y, después, llamar a la población a instalarlo de forma masiva, sin temor a transmitir datos personales que siempre se hacen de manera anónima.
Radar Covid se merece una oportunidad, aunque sólo sea por los recursos públicos millonarios embarcados en el proyecto y por el número de contagios y muertes que sigue creciendo en nuestro país.