Provoca un placer sexual similar al beso de tornillo, o eso al menos eso comentan algunos de los ávidos que lo han probado. La última moda en prácticas llega desde Japón y consiste en lamer el globo ocular.
Sin embargo, es una práctica sexual que no está exenta de riesgo. Los médicos advierten de que puede provocar serios daños en el ojo, llegando incluso a producir una ceguera por la gran posibilidad de transmitir bacterias.
Prueba del riesgo que conlleva lamer la córnea es que los primeros en darse cuenta de los problemas de este fenómeno fueron los profesores de los centros educativos nipones cuando sus alumnos acudían a clase con parches en los ojos o gafas de sol de una forma mucho
