El secretario general de Podem Illes Balears, Alberto Jarabo, vuelve a estar en la picota por sus actividades anteriores a su entrada en política. Si antes fue su estrecha vinculación a una productora que él cofundó y que se ha visto beneficiada con un notable incremento de su facturación al ente público autonómico IB3 tras el cambio de gobierno, aunque él argumentó haber vendido su parte de la empresa tiempo atrás, ahora se ha conocido que hace años realquiló a turistas una vivienda que tenía arrendada en el pequeño núcleo turístico Son Serra de Marina.
El cuestionado líder podemita se defiende argumentando que contó con la autorización del propietario de la casa y que declaró debidamente los ingresos que aquel subarriendo le proporcionó, por lo que su actuación fue legal. Sin embargo, a menudo no basta con que algo sea legal y desde luego, él mismo en su actuación política se ha caracterizado por no conformarse con la sujeción a la legalidad de cualquier asunto, sino que siempre ha exigido bastante más en orden a un elevado concepto moral tan cacareado, que ahora que es él quien es sometido al escrutinio público, su figura se tambalea peligrosamente. Nadie pone en duda que su comportamiento no fuera legal, pero en todo caso le resta mucha credibilidad a su conocida posición beligerante contra el alquiler turístico, hasta el punto de que sus propios compañeros de partido le consideran inhabilitado para revalidar la secretaría general de la formación morada.
Porque, en efecto, esta polémica surge cuando Jarabo pugna por encabezar una candidatura unitaria junto a Laura Camargo en las primarias que sorpresivamente ha avanzado al mes de junio. Aunque él sostiene que la mayoría de militantes quiere que él encabece el proyecto otra vez, su propio grupo parlamentario prefiere que sea Camargo quien tome las riendas de la formación. Cobra fuerza, así, la percepción de que la información sobre el realquiler de la casa de Son Serra de Marina proviene de su entorno político para obligarle a dar un paso atrás.
En cualquier caso, Alberto Jarabo ya no es el líder sólido, firme y ejemplar que todos en Podem presumían y sus posibilidades de volver a ser secretario general se desvanecen lenta pero progresivamente.
