La Reina Isabel II de Gran Bretaña ha autorizado este miércoles la suspensión del Parlamento, tal y como así lo había solicitado el primer ministro Boris Johnson.
Con ello se impide que la oposición política lleve adelante un pacto que impediría alcanzar un Brexit sin acuerdo con la Unión Europea.
Tras esta autorización, la sesiones plenarias deberán suspenderse hasta el próximo mes de octubre.
Con este golpe de fuerza política, Johnson ata las manos a la oposición que había unido sus fuerzas para lograr un Brexit acordado, postura que va en contra el premier británico que siempre se ha mostrado partidario de que el Reino Unido abandone la Unión Europea aunque no se haya alcanzado un acuerdo, especialmente en lo que respecta a la cuestión irlandesa, salvo que se consiga un acuerdo en el último minuto.
Los problemas se siguen acumulando ya que Escocia está dispuesta a realizar un nuevo referéndum pues está a favor de permanecer dentro de la disciplina de la Unión Europea rechazando de plano su salida.
