Es una auténtica lástima que Palma haya hecho tantos esfuerzos por ser una ciudad atractiva y amable tanto para los ciudadanos residentes como para los turistas que la visitan, en especial su casco antiguo, y sin embargo no se eviten atentados al buen gusto como el de la publicidad en varias cabinas de teléfonos de la Rambla, como ha denunciado ARCA. No es la primera vez que ocurre. Ya se han visto comercios con marquesinas y letreros de colores chillones, completamente fuera de lugar.
Todo negocio tiene derecho a publicitarse, pero siempre de manera adecuada, con buen gusto, respetando el entorno y sin causar excesivo impacto visual. Una cosa es llamar la atención de los viandantes y otra cosa es agredirles con imágenes estridentes, colores excesivamente llamativos y que contrastan con el lugar. La publicidad debe ser elegante y armoniosa y no un burdo reclamo que desentone y haga daño a la vista.
El Ajuntament de Palma debe ser mucho más cuidadoso con la publicidad estática, en especial en los lugares emblemáticos de la ciudad como sin duda lo es La Rambla. No es admisible que se consienta este tipo de publicidad tan agresiva e inadecuada. Si queremos que Palma sea una ciudad hermosa, no deben consentirse vallas publicitarias como las que ARCA denuncia. Cort debe poner coto al mal gusto y a quienes no respetan la ciudad con anuncios agresivos y fuera de lugar. Que sean más imaginativos y menos burdos con sus mensajes publicitarios.