Que el número de parados esté disminuyendo es una buena noticia. El sector servicios está tirando fuerte de la economía y el número de nuevos contratos está en franco ascenso.
El golpe que recibió el empleo con Zapatero fue muy grande. Un verdadero mazazo. Se destruyeron mas de 3 millones de empleos y España se convirtió en el país con más paro de la Unión Europea. Empleo y pensiones son dos de las columnas sobre las que se asienta el estado del bienestar. El primero se hundió y la segunda quedó diezmada ante el peligro cierto de la intervención de la UE por una economía en quiebra técnica.
Las cifras actuales de empleo no son comparables a las legislaturas precedentes. Se ha cambiado la forma de contabilizarlas. Llamarle empleado al trabajador que está en su casa subsidiado, aunque su contrato haya pasado a denominarse indefinido no mejora los resultados. Sin embargo, la tendencia es clara. El aumento de afiliación ha sido especialmente intenso en Información y Comunicación (14%), Actividades Sanitarias (8%), y Actividades Profesionales, Científicas y Técnicas (7,6%). El aumento se ha producido en todas las comunidades autónomas.
Los problemas presentes derivan de cuatro grandes cuestiones.
El endeudamiento del país es muy elevado. Esta carga es insoportable y será un lastre cuando el Banco Central Europeo aumente el precio del dinero y decida que ha llegado el momento de devolverlo. La deuda es de una magnitud que comprometerá la recuperación durante décadas.
Por otro lado, el enorme peso del empleo público no facilita el equilibrio entre ingresos y gastos. La cuenta de resultados con la que afrontar un escenario de crecimiento no está equilibrada.
En tercer lugar, la inflación, conocida como el impuesto del pobre, está disparada. El valor del dinero en manos de los ciudadanos está devaluado.
El cuarto, probablemente el más grave, deriva de que con tres millones de parados muchos sectores no encuentran trabajadores.
Algunos lo atribuyen a los bajos salarios. Si fuera esta la solución, bienvenida sea.
Sin embargo, los analistas se inclinan a pensar que el beneficio empresarial que permite aumentar salarios está muy limitado por los disparatados costes laborales. La administración no hace sino crecer y con ella sus necesidades financieras estructurales. Si este es el problema, la situación es preocupante.
Si con 3 millones parados, ni al trabajador ni al empresario les interesa agrandar el mercado laboral es que nuestra economía se ha gripalizado. Ha enfermado de intervencionismo. Su situación no le permite aguantar más cargas.
En este escenario está garantizada la precariedad indefinida. Como indefinidos son la mitad de los contratos fijos firmados en 2022; tan indefinidos como discontinuos o a tiempo parcial. Buen finde.