Esquiva, de hábitos nocturnos, difícil de fotografiar... la gineta es una de las especies más enigmáticas de Ibiza. Ver una es casi un milagro y la mayoría de los que han tenido la suerte de estar ante un ejemplar ha sido porque, lamentablemente, ésta ha sufrido un atropello, una de las principales causas de muerte entre las ginetas.
Tanto 'secretismo' en torno a este bello animal, ha hecho creer a muchas personas que están casi desaparecidas en Ibiza. Pero nada más alejado de la realidad: la población de ginetas en la isla vive una auténtica 'época dorada' y no sólo ha aumentado notablemente, sino que también se ha extendido por muchas zonas de la isla, donde antes no llegaba.
El biólogo del Consell de Ibiza, Jaume Estarellas, participó hace unos 5 años en un estudio encargado por el Govern Balear para analizar la situación de la población de ginetas en la isla "y se constató que ha aumentado considerablemente con respecto a unos años, especialmente en expansión, ya que se ha extendido por muchas zonas de la isla. Pero también se certificó que ha aumentado en densidad: por los rastros que dejan en las letrinas que hacen realizamos una estimación del número de ejemplares y se determinó que ha aumentado notablemente. Cuantificarlas es imposible, pero sí pudimos ver la evolución de la especie y ha sido asombrosa en los últimos años".
La gineta, a pesar de hacer gala de ese carácter independiente y esquivo, es una especie que siempre se ha asociado a la presencia humana, vinculada a la zona rústica. Es omnívora y se aprovecha de los recursos propios del ser humano, por lo que come gallinas, huevos, come higos, come fauna salvaje... y es fácil que, sin saberlo los propietarios, viva cerca de fincas rurales y casas de campo. "Su zona más habitual era en es Amunts, desde Sant Antoni a Sant Vicent y ahí sigue", explica Estarellas, "pero hay constancia de que se ha extendido por Santa Eulària, en la zona de Cala Llonga hay bastantes, e incluso en Cap des Falcó. Se ha expandido por todas las zonas boscosas de Ibiza y como el sistema forestal ha aumentado, pues la especie ha aumentado también".
A pesar de que, como se ve en la imagen, estar cerca de una es porque ha sido víctima de un atropello (este ejemplar fue encontrado golpeado por un coche la pasada semana en Sant Joan, y sobrevivió), no es una especie en riesgo en Ibiza. Todo lo contrario: "estuvo en una situación bastante delicada en los años 40-50 del siglo XX porque en aquella época tenía muy mala fama y se pagaba a gente por matarlas, y para tener un extra de dinero había personas que se dedicaban directamente a cazarla", cuenta Estarellas, "también vinieron muchos peleteros de la zona de Murcia y del Levante peninsular para cazarlas y obtener piel. En aquella época vivió una situación muy delicada. Pero así como la 'marta de Ibiza' si desapareció, la gineta se ha recuperado muy bien".
El Consell no tiene competencias en protección de especies, es el Govern Balear, pero lo que si que hace es instar a la autoridad competente a que actúe en el caso de riesgo, "pero la gineta es una especie que está tan bien que ahora sólo podemos esperar que se investigue por interés científico porque es ya una especie endémica. Vino en la época de los árabes y desde entonces ya ha formado una especie propia de Ibiza, con una talla mayor de lo normal. Pero aplicar una gestión porque es una especie en peligro, no. Los únicos impactos que tiene son los atropelllos" asegura el biólogo del Consell. Y contra eso, poco se puede hacer: es una especie de hábitos nocturnos, los focos de los coches le deslumbran, se queda quieta y... el fatal desenlace. Al año pueden morir unas 10 por atropellos en Ibiza.
"Si alguien ve alguna lo que debe hacer es avisar al Consell porque nos ayuda a posicionarla y tener una estimación de los ejemplares. Incluso si la ven ya atropellada, es muy importante para nosotros tener el dato para confirmar cómo va la especie", explica Estarellas.