Las obras de rehabilitación de la Plaza Gomila se encuentran en su fase final. Aunque haya todavía mucho camino por recorrer el balance entre vecinos y comerciantes de la zona es bastante positivo. Los elevados precios de los pisos que promociona Camper, cuyo precio de alquiler ronda en muchos casos más de 2.000 euros hacen que sean prácticamente inaccesibles para la población local. Teresa Alonso, presidenta de la Asociación de Vecinos El Terreno-Bellver recalca que " como vecina he acogido bien el proyecto ya que todos los edifcios estaban en un estado muy precario". Asimismo nos manifiesta su decepción con el Ayuntamiento ya que " nos sentimos totalmente abandonados. Un claro ejemplo es que todo el pavimento de la Plaza Gomila hasta la Plaza Mediterranea está totalmente levantado".
Xavier Abraham, expresidente de la Asociación de vecinos, también acoge el proyecto de forma bastante positiva ya que "después de tantos años de estar abandonados por parte de las instituciones, estos proyectos siempre suponen un cambio hacia mejor". Un factor de esta buena acogida es la presencia de Camper ya que "es una empresa muy potente y de garantías", hecho que hace que el proyecto sea solvente y haya alcanzado "una magnitud inesperada por parte de los vecinos". La zona de Gomila fue el epicentro del ocio de la ciudad de Palma sobre los años 50 y 60. "Vivimos épocas muy especiales durante el s XX donde Gomila fue el epicentro de la vida social de Palma pero por desgracia sufrimos un proceso de degradación a partir de los años 80, por este motivo hemos de dejar de hablar de tiempos pasados, sino mirar al futuro", puntualiza Abraham.
CAMBIO DE FISIONOMIA
En un principio este proyecto levanto suspicacias en cuanto a la pérdida de identidad del barrio que siempre ocurre cuando se trata de edificar nuevas estructuras. Respecto a un posible cambio de fisionomía, la presidenta de la Asociación comenta que "no ha supuesto ninguna ruptura", hecho que puede explicarse "debido a la múltiple dispersión de casas y a la abundante multiculturalidad". Estas obras han supuesto "una sustancial mejora en la fisionomía del barrio". Por su parte Xavier Abraham, manifiesta su aprobación "al ser muy aceptable, ya que supone una rehabilitación integral del barrio", recalcando asimismo, que esta cuestión "es muy subjetiva y es muy difícil que todos los vecinos estemos de acuerdo, lo que hay que pensar que será muy positivo a largo plazo ya que supondrá un nuevo aire a la barriada que dará mucha vida a Plaza Gomila y alrededores".
LOS COMERCIANTES ILUSIONADOS
Si bien el barrio ha sufrido un proceso de degradación intenso, todavía quedan algunos comercios (farmacias, bares, peluquerías.) que acogen este proyecto con optimismo. Este es el caso de Jaime Bestard, que regenta el emblemático local llamado Meriendas Bestard desde 1961 y que se muestra esperanzado ya que "las obras han supuesto que los fines de semana el barrio ha ganado en tranquilidad", hecho que se debe al cierre de muchos afters hours que causaban inseguridad y en la zona. La degradación ha supuesto una disminución de prestaciones, sobre este hecho Bestard apunta que "esperemos que la reforma suponga una mejora de los equipamientos del barrio ya que actualmente solo disponemos de dos supermercados, no hay ni kiosko, ni panaderías (cuando en los años 70 había 5 0 6), ni carnicerías, pescaderías, etc.
Juan Ángel Bennasar, de la peluquería Juan Angel, recalca que todavía queda mucho camino para recorrer "ya que estamos todavía muy al principio y todavía no veo ningún efecto sobre el barrio, parece que el barrio sufrirá una mejora considerable, es posible que en 4 o 5 años pueda ser un Jaime III con otro enfoque". En cuanto a las consecuencias directas sobre su negocio "puede evolucionar positivamente ya que la clientela extranjera puede ser un nicho de mercado que me puede beneficiar".
El farmacéutico Jaime Parera, muestra su total conformidad con la evolución del proyecto, "la imagen del barrio ha mejorado sustancialmente, hecho que supondrá que sea un sitio atractivo para que la gente venga a disfrutar de su ocio". Parera valora de forma muy positiva "la apertura de nuevos negocios de restauración de calidad" al atraer nuevos visitantes al barrio, hecho que puede repercutir de manera directa en los negocios de la zona, ya que "pueden seducir tanto al público local como al extranjero".
Clara Estrany, propietaria del taller de confección Bolic, también recalca la importancia de la rehabilitación que se está llevando a cabo. "Las obras pueden repercutir positivamente, ya que la cercanía de las nuevas puede suponer la presencia de nueva clientela, aunque se empieza a notar que hay más dinamismo en el barrio".
Uno de locales que han surgido como consecuencia de este proyecto es el restaurante italiano Brutus ubicado en el complejo Gomila Center. Su encargado, Alessandro Macri, nos traslada su satisfacción por el resultado del proyecto tras un inicio un poco dubitativo: "En un principio no sabíamos cómo iba a responder la gente y estamos muy satisfechos de la acogida que estamos teniendo". En cuanto al perfil de cliente, "el 60 por ciento de los clientes son del Terreno, ya que hemos introducido una oferta diferente para el barrio e innovadora". Mirando al futuro, Macri apunta que "estas reformas supondrán un aumento de la oferta global ya que abrirán una floristería, un supermarket etc". A todo ello hay que sumarle el proyecto del restaurante espectáculo Lio, donde estaba la antigua discoteca Titos, que albergará a más de 300 comensales y tendrá una capacidad de unas 700 personas.
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