Los tediosos plenos del Parlament en los que se discuten y acaban aprobando los presupuestos autonómicos traen 'al pairo' a los ciudadanos. De hecho, hasta las medios de comunicación van dedicando al asunto menos espacio cada año. Tiene una cierta lógica, porque lo que interesa realmente al ciundadano contribuyente es lo que se hace con las grandes cuentas y no lo que dice un papel que se quiere hacer. Al final, acaba habiendo una diferencia entre lo uno y lo otro.
Pero al margen del interés ciudadanos en los presupuestos lo que es innegable es que esas cuentas, ese lápiz de memoria, contienen la herramienta imprescindible para gobernar. El tedioso pleno de varios días que los discute y los aprueba es la cita cumbre del calendario de sesiones anual de la Cámara Autonómica. Es por esta razón que resulta del todo incomprensible como Alberto Jarabo y su muchachada reventaran la sesión de este jueves dinamitando la dinámica del pleno para montar el circo de la expulsión no consumada de Xelo Huertas.
Falta de respeto. Lo es porque Jarabo buscó el titular con toda la intención. Quería salir en todos los medios confirmando la expulsión definitiva de Huertas del partido y pidiéndole abiertamente su dimisión como presidenta del Parlament. Lo podía haber anunciado por la tarde, o el viernes. O después de Navidad. No tuvo espera y montó el número -que no es el primero- durante el pleno. Hizo la nueva política en los pasillos, su especialidad. Más aún cuando sabía perfectamente que Huertas no tiene intención de acatar lo que le pidió. el pleno de los presupuestos cayó en el olvido de la atención mediática.
Ya sucedió durante la Copa de Navidad que este año -quizás sea el último- ofrecía Xelo Huertas a los medios de comunicaicón. Jarabo asistió -Camargo no-. Y justo tras el parlamento de Huertas, cuando todo el mundo brindaba en un ambiente distendido, se llevó a los medios al pasillo, al mismo pasillo de siempre, para cargar contra Huertas y Seijas. Es cierto que las declaraciones las pidieron los periodistas, pero los mismos periodistas hubieran entendido que Jarabo les hubiese remitido a una cita unos minutos más tarde, una vez finalizado el acto de Huertas.
Nueva política ausente de respetos básicos.