Una vez más los que eran calificados de locos se han convertido en visionarios. Esta vez por partida doble a tenor de lo acontecido esta semana. Vamos, que da que pensar si los llamados conspiranoicos están en el meollo y son ellos los que mueven los hilos porque no puede ser que todo lo que dijeron se vaya cumpliendo. Así lo reconoció Elon Musk.
Mientras en bares y programas de televisión matutinos se ha dejado de hablar de Israel, el Casio de Shakira o el presunto descuartizamiento del nieto de “Curro Jiménez” por Tailandia, estos días se habla con gran intensidad del acuerdo de investidura y las manifestaciones contrarias a la amnistía y el pacto con Junts. Este tema, por cierto, ha logrado algo que parecía imposible como es poner de acuerdo para expresar el rechazo a todas las asociaciones de jueces (de izquierdas y derechas), también a los Inspectores de Hacienda del Estado.
Pero mientras fijamos la atención es estos temas nos están colando medidas que nos van a afectar muy mucho en nuestro futuro. A peor, se entiende.
Esta semana se ha aprobado el reglamento sobre la identidad digital en Europa. Esta idea es el inicio de un plan para controlar y monitorear a la población. Lo hemos comentado muchas veces y, como vemos, está tomando cuerpo.
Se pretende crear una billetera digital en nuestro teléfono con información sensible nuestra que servirá para identificarnos. En ella se incorporarán no solo las monedas digitales sino también datos de los ciudadanos recogidos de su comportamiento diario. A partir de ahí, a través de la Inteligencia Artificial se monitorearán los consumos y se penalizarán los que se consideren contrarios a la agenda.
No tengan ninguna duda de que, aunque suene a pérdida de libertades (y lo es) aceptaremos esas billeteras sin mucho rechistar como aceptamos el pasaporte Covid. Como ocurrió en la pandemia, nos “sugerirán” que la empleemos si queremos optar a beneficios. A través de ella nos pagarán las ayudas del Estado: pensiones, subsidios, salarios públicos o nos permitirán entrar a instalaciones públicas como hospitales. Esperemos que no llegue el momento de tener que presentarlo para emplear la vía pública.
Por otro lado, en la Organización Mundial de la Salud (OMS), de manera muy silenciosa y sin presencia en las tertulias del bar o programas de televisión, se está negociando el tratado de pandemias, esto es, la posibilidad de este organismo de arrogarse, sin base científica, en la toma de decisiones en materia sanitaria que ahora pertenecen a los Estados miembros. Es más, una sola persona, como es el Director General de la OMS podrá de manera unilateral y sin responder ante nadie, activar decisiones que afecten a toda la humanidad como, por ejemplo, declarar una pandemia. La M de Mundial indica su ámbito de acción.
En el caso de que así fuera (que lo será, no lo duden) se pondrán en marcha mecanismos de distribución de medicamentos, preparación de pasaportes sanitarios para limitar la movilidad de la población y otras medidas que caricaturizarán las que hemos vivido en la época Covid.
Poner en común la identidad digital europea en una billetera que albergará las monedas digitales de los bancos centrales junto a las pandemias declaradas desde un órgano superior son medidas que tienen un mismo objetivo y permiten ver hacia dónde van los tiros. Las decisiones importantes se tomarán desde arriba, por parte de quienes mueven los hilos y les aseguro de que nuestras vidas no serán mejores, aunque así nos lo vendan.
En este sentido, recuerden cómo una portada de The Economist mostraba un hombre con una correa que paseaba un perro y que, a su vez, tenía una correa en la que una mano superior estaba paseándolo a él y al perro. Se titulaba “Everything’s under control”.
Esa mano superior es la que está arrogándose de competencias de manera sigilosa y tira, cada vez más, de la correa para condicionar nuestros movimientos.
Esa mano es cada vez más fuerte y cada vez acorta el radio de movimientos de las personas. Pero lo hace tan bien que de ella no se habla en bares y televisiones. Cuando queramos darnos cuenta la correa estará bien tirante.
